La justicia ratifica las elecciones el 14-F en las que se perfila un nuevo ‘Govern’ secesionista
ERC y JxCat se juegan la primera plaza separados por un par de escaños y con el resto de ‘indepes’ lograrían más del 50%
Las elecciones catalanas se celebrarán en la fecha prevista del 14 de febrero. No habrá aplazamiento al 30 de mayo, como pretendía la Generalitat. Lo estableció ayer el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que anuló el decreto del Ejecutivo catalán para postergar los comicios.
Las razones las hará públicas el lunes, pero la decisión ya es definitiva. Según la Fiscalía, la ley da «al presidente de la Generalitat (o al vicepresidente en funciones) la competencia para convocar elecciones pero no la de suspenderlas o aplazarlas».
La justicia ha dado la razón a un particular y a cinco entidades políticas menores y extraparlamentarias que impugnaron el decreto firmado por Pere Aragonès. La decisión del tribunal despeja una de las incógnitas que se cernía sobre la cita electoral. Aunque la Generalitat aún podría recurrir ante el Supremo. Este recurso, en cualquier caso, no afectaría al mantenimiento de la convocatoria electoral para el 14 de febrero.
Las otras incógnitas, como son el resultado y los posibles pactos postelectorales, están por despejarse. En el primer día de campaña, no obstante, se empezaron a perfilar algunas pistas. La primera es que, según la encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, Cataluña está abocada a repetir un nuevo ejecutivo secesionista.
De acuerdo al sondeo que publicó hoy a quince días de la cita con las urnas, Esquerra Republicana y JxCat están a la par en la disputa por la primera plaza. Los republicanos lleva ventaja con 34-35 escaños, pero con un margen muy pequeño respecto a los posconvergentes de Carles Puigdemont, que obtendrían entre 32 y 34 diputados.
Les sigue muy de cerca el PSC, que en alguna encuesta ya había asomado como primera fuerza impulsado por el ‘efecto Illa’, pero que en la del CEO quedaría en tercera posición con 26-29 parlamentarios.
El estudio prevé una participación del 62%, casi 20 puntos inferior a la de 2017, aunque en ese caso fue la máxima histórica desde 1980. Los indecisos, además, son casi el 34% del electorado. Ciudadanos quedaría en cuarto lugar, con 12-13 escaños, muy lejos de los 36 que sumó hace cuatro años y que le dieron la victoria a Inés Arrimadas. El PP mejoraría hasta nueve, la CUP doblaría hasta ocho, los comunes perderían posiciones de seis a ocho, y Vox podría entrar con fuerza en el Parlamento de Cataluña con cinco o seis escaños.
Mayoría secesionista
El CEO pronostica un gran triunfo para el independentismo. La suma de las tres fuerzas secesionistas daría como resultado de 74 a 77 escaños, ahora tienen 70 (sobre 135). El soberanismo estaría en disposición de reforzar su actual mayoría absoluta. En el primer debate de la campaña, organizado ayer por el diario La Vanguardia, las dos principales formaciones independentistas hicieron frente común contra el socialista Salvador Illa y fijaron sus líneas rojas de cara a los pactos postelectorales. El republicano Pere Aragonès abogó por un gobierno de frente amplio, integrado por Esquerra, Junts, CUP, comunes y el PDeCAT, las cinco formaciones que defienden la autodeterminación y la amnistía de los presos. Los comunes, de momento, no quieren saber nada. Junts, según Laura Borràs, apuesta por un Govern «nítidamente» independentista.
La encuesta del CEO concluye también que Esquerra tendría opciones de mirar hacia la izquierda y buscar un tripartito con el PSC y los comunes. Mientras, el candidato del PSC, blanco de buena parte de los dardos en el debate, prometió que si gana las elecciones, se presentará a la investidura. Illa aseguró además que «no pactará» ni con Esquerra ni con los independentistas. Aragonès le presionó para que se comprometa a no pactar «ni por activa ni por pasiva» con Vox, pero no hubo respuesta. Según Borràs, lo que el jueves se vivió en el Congreso, cuando el Gobierno sacó adelante el decreto de los fondos de la UE con los votos de Vox, es la «avanzadilla» de lo que puede pasar en Cataluña. Ciudadanos y el PP dieron por hecho que el PSC pactará con ERC.
El CEO vaticinó además que el secesionismo podría superar por primera vez el 50% de los votos.