Cerrar

Cuerpo a cuerpo en Cataluña

Lucha entre JxCat y ERC tras el empate en los sondeos Borràs se compromete a reactivar la declaración unilateral de independencia si el secesionismo supera el 50% de los votos Pedro Sánchez compara a los independentistas con Trump Ayuso apoya al candidato del PP catalán

Carme Forcadell se abraza a Oriol Junqueras. MARTA PÉREZ

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En el primer fin de semana de campaña, el independentismo sacó la artillería pesada y JxCat y ERC entraron en el cuerpo a cuerpo para jugarse la victoria de las elecciones.

Esquerra había anunciado que no tenía intención de atacar a sus actuales socios en el Govern, porque su adversario es el PSC, pero la estrechez de las encuestas, sobre todo la del CEO, que pronostica casi un empate técnico entre los dos grupos secesionistas en liza por la primera plaza, ha obligado a los republicanos a disparar con bala antes de tiempo.

«Nosotros no robamos ni somos corruptos», afirmó ayer Oriol Junqueras, convertido en agitador de la campaña de los republicanos, tras salir de la cárcel con el tercer grado. La referencia le sirvió para atacar tanto al PSC como a JxCat, las dos formaciones con las que Esquerra se juega la primera plaza.

Hace unos meses, fuentes de ERC se frotaban las manos ante la posibilidad de que Laura Borràs fuera la presidenciable de JxCat. La diputada en el Congreso está investigada por una causa en el Supremo por haber adjudicado presuntamente a dedo un contrato a un amigo cuando era directora de la Institución Catalana de las Letras.

En la formación republicana subestimaron el tirón que la dirigente postconvergente tiene entre la parroquia más nacionalista. La última encuesta del CEO publicada el viernes situó a ERC y a JxCat en un pañuelo y en Esquerra se han disparado todas las alarmas.

Junqueras tiró ayer del recurso de la corrupción, de presumir que los republicanos son una formación impoluta en ese sentido en 90 años de historia, aunque está por ver su efectividad porque en JxCat siempre tiran balones fueras y cargan las presuntas culpas de Borràs a las «cloacas del Estado» y la «guerra sucia» contra el secesionismo.

JxCat contraatacó además donde más duele a los republicanos, hartos de que se ponga en duda su compromiso independentista por haber apoyado al Gobierno, primero en la investidura de Pedro Sánchez y luego validando los Presupuestos Generales del Estado.

Los postconvergentes se presentan a los comicios como la fuerza más secesionista de todas. La más pura. Para reafirmarlo, Laura Borràs prometió que, si el secesionismo supera el 50% de los votos, reactivará la declaración unilateral de independencia.

Una promesa con la que vuelven a situar la política catalana en el escenario de octubre de 2017 y con la que tratan de marcar distancias con ERC, presentando a los republicanos como autonomistas que ha renunciado a la independencia.

«No os fiéis de quien dice que el 1-O ya no cuenta», afirmó Puigdemont por vía telemática en un mitin en Barcelona.

El programa de ERC aboga por un referéndum pactado aunque no renuncia a la vía unilateral si el Gobierno se cierra en banda a negociar la autodeterminación.

Los de Junqueras apuestan por un pacto entre los independentistas y los comunes, mientras JxCat aboga por un acuerdo únicamente entre secesionistas.

La campaña empezó marcada por la pandemia y por el «efecto Illa», pero el independentismo ha sabido darle la vuelta y la carrera electoral del 14-F, en sus primeros compases, ha girado toda la atención hacia los presos del ‘procés’, tras obtener el tercer grado, que se han convertido en los protagonistas. Golpe de efecto de ERC, sobre todo, que ha logrado avivar sus mítines con la presencia de Oriol Junqueras. El primer día salieron del penal ocho de los nueve líderes independentistas y este sábado le tocó el turno a Carme Forcadell, después de obtener el tercer grado. El independentismo fía ahora a los presos la movilización.

TRUMP, EN ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se va a volcar en la campaña electoral catalana. No solo hay mucho en juego para el PSC, que tiene opciones de cosechar un buen resultado con el exministro Salvador Illa, incluso de ganar, sino que también está en liza la estabilidad de la política española. El dirigente socialista viajó ayer a Tarragona, en su segunda visita en tres días de carrera electoral hacia el 14-F, donde hizo una llamada a la movilización y al voto útil para el PSC. «Tras Trump, estoy convencido de que van a desfilar al mismo fin y mismo destino todos los dirigentes que han copiado los métodos del ‘trumpismo’, que son la división, la mentira y el ataque a las instituciones legítimas democráticas», afirmó.

Mientras, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, es consciente de que tendrá que remar a contracorriente para dar un vuelco a las encuestas, que en muchos casos auguran pérdidas de dos tercios de los votos cosechados en la histórica victoria de la formación en las autonómicas de 2017. Por ello, está redoblando su presencia en Cataluña durante esta campaña electoral y este sábado acudió la oficina central de Correos de Barcelona, en Vía Laietana, donde depositó su papeleta y animó a los electores a hacer lo mismo para asegurar una «gran participación» el 14 de febrero.

A la salida del centro, Arrimadas censuró a los partidos independentistas por haber concedido el tercer grado a los presos del 1-O y llamó a la movilización del voto no soberanista: «Es la única manera de que Junqueras no esté en la Generalitat», afirmó.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, viajará este sábado a Barcelona para arropar al candidato del PP a la Presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, y el domingo harán lo propio el líder del PP, Pablo Casado, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, acudió a un acto en Girona, donde fue recibido con insultos y lanzamiento de grava por una cincuentena de manifestantes, y culpó de la situación al Gobierno de España y a la Generalitat.