La reforma del Código Penal puede agravar la situación
La reforma del Código Penal que prepara desde hace más de un año el Gobierno amenaza con agravar el problema de la masificación en las prisiones. El motivo es que frente al fenómeno de excarcelación masiva que se anunció con el texto punitivo elaborado en mayo de 1995 por el entonces biministro de Justicia e Interior, el socialista Juan Alberto Belloch, la modificación al alza de sus contenidos -los primeros borradores conocidos apuntan un aumento de las conductas penalizadas así como de algunas de las sanciones previstas- puede provocar el efecto contrario. El actual titular de Interior y hasta hace apenas tres meses encargado de Justicia, Angel Acebes, conoce muy bien los riesgos de esa situación, pues no en vano es uno de los principales artífices de los cambios que quiere introducir el PP en el Código Penal y que ahora deberá rematar Michavila. Una de las novedosas modificaciones previstas es aumentar el tiempo efectivo de cumplimiento de las penas, con la que se evitaría esa sensación de impunidad que a menudo provoca desaliento en la sociedad. Menos plazas libres Sin embargo, las restricciones a la concesión de terceros grados penitenciarios (conocidos como regímenes abiertos) y libertades condicionales conllevaran una mayor permanencia de los reclusos en la cárcel y, en consecuencia, un menor número de plazas libres. A ello se unirá el hecho de que los expertos consultados hasta ahora por Justicia han recomendado la eliminación de los polémicos arrestos de fin de semana, calificados de «rotundo fracaso», para desviar esos casos a las penas habituales de prisión. En cualquier caso, el Ejecutivo sí mantendría los trabajos en beneficio de la comunidad como alternativa al internamiento. Los planes gubernamentales quieren ampliar el catálogo de delitos y castigar con penas más severas determinadas conductas (trata de blancas, mafias de inmigración ilegal, violencia doméstica, crímenes sexuales y narcotráfico). Esto, unido al Plan integral contra la delincuencia, elevará el número de detenidos. Sin embargo, desde Interior y Justicia aducen que buena parte de ellos serán presos preventivos por poco tiempo gracias al remozado sistema de juicios rápidos que entrará en vigor en 2003 y acelerará las sentencias firmes. El problema es que sí hay muchas condenas aumentarán los reclusos fijos.