El PP teme que la boda de la hija de Aznar tenga consecuencias electorales
Cuando todavía suenan los ecos de la boda de la hija del presidente del Gobierno, en el Partido Popular aumenta la preocupación por las repercusiones políticas que tendrá el evento, mientras varios grupos de la oposición reclaman la presencia en el Parlamento del vicepresidente primero, Mariano Rajoy, para que explique el gasto que supuso a las arcas del Estado. Destacados dirigentes de la organización saben que la imagen que proyectó la celebración del matrimonio de Ana Aznar con Alejandro Agag es muy negativa para sus intereses electorales y temen que sea utilizada por sus adversarios durante la campaña. «Veremos imágenes de la boda en algún vídeo electoral de emisión gratuita. De eso no nos salva nadie», comentó un miembro de la cúpula ''popular'' que se lamenta de que la familia Aznar hiciera caso omiso de quienes le advirtieron de los riesgos de tan espectacular celebración. «Fue un disparate pero, probablemente, era inevitable», dicen los más benévolos de entre los veteranos políticos del PP cuando se les pregunta por el fenómeno mediático que supuso el enlace Aznar-Agag. Quienes acompañaron a Aznar en el largo trayecto de la oposición al Gobierno reconocen, siempre en privado, que la exhibición que supuso la boda echa por tierra la imagen de austeridad y regeneración ética con la que el PP logró el poder, tras criticar tantos años la frivolidad de los socialistas y su «beautyful people». Hay quien se adelanta a los acontecimientos y especula sobre la posibilidad de que algún invitado -sin vinculación personal, familiar o profesional con Aznar- pueda aparecer relacionado con comportamientos irregulares que terminen por salpicar al PP. «En la fiesta había muchísima gente con cámaras fotográficas para aprovechar la ocasión de hacerse una foto con algún político famoso», comenta un dirigente, temeroso de la posible actuación de «algún aprovechado». El yate de Berlusconi En el PP aprecian como un gesto inteligente la decisión del PSOE de evitar cualquier crítica a la boda durante su celebración. Pero saben que los comentarios de otros partidos y diversos sectores de la opinión pública tendrán consecuencias políticas. También han analizado la repercusión electoral del acontecimiento que, según algunos de los máximos responsables de la organización, fue atenuado por los dramáticos sucesos que tuvieron lugar en el mes de agosto, con el atentado de ETA en Santa Pola. El debate político se centró posteriormente en el proceso para la ilegalización de Batasuna y, más tarde, en la polémica propuesta del presidente del Ejecutivo vasco, Juan José Ibarretxe.