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León

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No hay nada nuevo en la campaña del PSOE para las elecciones de Madrid que Pedro Sánchez ha encomendado a su jefe de gabinete, Iván Redondo. Como en las convocatorias de las elecciones generales de 2019, el objetivo es conquistar el centro y hacerse con los votos que Ciudadanos parece estar perdiendo a raudales. Entonces la estrategia, sustentada también en el miedo a Vox, no funcionó. Pero sí lo hizo en los más recientes comicios catalanes, en los que el PSC se convirtió en la fuerza más votada con escasas posibilidades de gobernar. Aunque en esa cita operaban otras claves.

La apuesta actual choca, como lo hizo hace dos años, con una realidad difícil de obviar: el rechazo del votante moderado a Unidas Podemos y a la figura de Pablo Iglesias, al que entonces y ahora se percibe como socio ineludible para formar Ejecutivo. Sánchez trató de neutralizar hoy este temor. Durante la presentación de la candidatura el PSM para los comicios del 4 de mayo, configurada en sus puestos primordiales desde La Moncloa, argumentó que quien quiera gobernar con Ángel Gabilondo deberá renunciar al «exremismo».

El propio exministro de Educación lanzó esa idea el pasado lunes en una entrevista en ‘La Sexta’ que su equipo de campaña consideraba crucial para fijar las bases de su discurso electoral: «Con este Iglesias, no», dijo cuando se le preguntó con quién quería sumar fuerzas para poder tomar las riendas de la comunidad.

La misma cadena publicó el viernes una encuesta que resulta poco halagüeña para los intereses del PSOE, que en la convocatoria de 2019 logró situarse como el más votado por primera vez en 24 años. El sondeo otorga a Gabilondo un escaño más que hace dos años, pero quien rentabilizaría el desplome de Cs, que ni siquiera lograría representación en la Asamblea al no superar el 5% de los votos, sería Isabel Díaz Ayuso, que de 30 escaños pasaría 59. Aun así, Sánchez y Redondo mantienen su relato.

El jefe del Ejecutivo adujo que el PSOE es la única opción real para evitar el Gobierno de la «derecha ultra y la ultraderecha» y prometió moderación. Entre otras cosas, volvió a espantar el fantasma de una reforma fiscal para Madrid defendida por su partido y su Consejo de Ministros hasta antes de ayer. «Desde el primer momento, nuestro esfuerzo estará en convocar a una mayoría social en torno a un Gobierno centrado en lo importante: la vacunación, la recuperación, la protección social», aseguró.