Iglesias se presenta como el baluarte contra la extrema derecha
Iglesias ponía antes el acento en su capacidad de evitar que el PSOE se escorara hacia la derecha. Lo hizo en las últimas generales, en las que había pocas dudas de la victoria de Pedro Sánchez. Ahora lo pone en su capacidad de colaborar para evitar el triunfo de la derecha y la extrema derecha. La tregua —que se suma al hecho de que el liderazgo de Podemos en el Gobierno resida desde finales del pasado mes en una política como Yolanda Díaz, menos explosiva y más clásica en su forma de manifestarse— ha tenido su plasmación en buena parte de la acción gubernamental en las últimas semanas. Esta semana, las conversaciones para poner límite a los precios de la vivienda volvieron a enquistarse, pero Podemos prefirió hablar de los avances en la negociación.
El partido de Iglesias teme que el ‘plan de recuperación’, que Sánchez presentó el martes en el Congreso, beneficie a las grandes empresas, pero a Pablo Echenique no se le oyó un reproche en su intervención ante el pleno. «Ni media mala palabra entre nosotros que pueda desmovilizar ala izquieda —dijo— Y, después de impedir que a los reacionarios vampirizar Madrid, estoy seguro de que podremos volver a ponernos de acuerdo». Ni siquiera la reforma de las pensiones planteada por el ministro José Luis Escrivá, que el socio minoritario del Gobierno acogió con enorme recelo, o la insistencia de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en que ahora no es momento para subir impuestos, han provocado las reacciones airadas que habría cabido esperar hace poco más de un mes, antes de que la presidenta madrileña cogiera con el pie cambiado al resto de formaciones con el adelanto electoral.
Con todo, en la Moncloa mantienen la cautela y evitan dar por definitivamente resueltos los problemas de convivencia.