Las balas a Iglesias, Gámez y Marlaska pasaron el escáner
Policía y Guardia Civil estrechan el cerco sobre el autor de las cartas
La Policía y la Guardia Civil avanzan en la investigación sobre las cartas con balas y amenazas de muerte dirigidas al ministro Fernando Grande-Marlaska, al secretario general de Podemos Pablo Iglesias y a María Gámez, directora general de la Guardia Civil. Las gestiones que se están realizando con Correos desde el pasado jueves han podido determinar que una misma persona introdujo de forma simultánea en un buzón de Madrid los tres sobres, según han confirmado fuentes de la investigación a este periódico.
Los agentes están tratando de localizar el compartimento para poder supervisar las cámaras de seguridad de la zona y tratar de identificar al autor de los hechos. En el caso de Gámez, la carta llegó el miércoles a la Dirección General de la Guardia Civil, un día antes de los sobres dirigidos a Grande-Marlaska e Iglesias a la sede del Ministerio del Interior.
Las cartas llevaban matasellos del lunes 19 de abril, se recogieron del buzón por personal de Correos y siguieron el protocolo habitual de seguridad para este tipo de envíos ordinarios. Fueron llevados en una saca al Centro de Tratamiento Automatizado de Vallecas (Madrid) y, al tratarse de cartas de más de 100 gramos de peso, se depositaron en las cintas transportadoras para ser sometidas a escáner de rayos X y proceder a su fotografiado. Un mecanismo habitual en la empresa pública para tratar de detectar envíos con explosivos, como es este caso.
Los investigadores han supervisado las imágenes del escaneo de los paquetes del pasado lunes y han localizado los tres envíos consecutivos de las cartas amenazantes poco antes de las 18:00 horas de ese día. Una carta contenía cuatro cartuchos (que correspondería a Pablo Iglesias), la segunda dos balas (el sobre destinado al ministro Grande-Marlaska) y la tercera una sola munición (la dirigida a Gámez).
Las fuentes de la investigación señalan que debido a «un error» del vigilante de Seguridad que supervisaba el sistema de control no fue detectada e identificada la munición.
«Retirada inmediata»
El operador de área pertenece a la empresa INV Vigilancia, subcontratada por Correos. Según fuentes de la empresa pública se ha abierto una investigación para depurar responsabilidades, ya que se trata de un incumplimiento «muy grave» del pliego de condiciones técnicas suscrito en el contrato. Con independencia del resultado final de las pesquisas, Correos ha solicitado ya la «retirada inmediata» del servicio del citado vigilante porque considera que «se ha dañado la imagen, el prestigio y el buen nombre» de la compañía tras este grave episodio.
El Departamento de Seguridad de Correos, además, ha reconocido a los investigadores policiales que los sobres pasaron a la vez por el escáner, una circunstancia que evidencia que los tres envíos fueron depositados al mismo tiempo en el buzón. Este hecho, sumado a la similitud del contenido de las misivas, «permite confirmar que se trata de una misma persona», señalan las fuentes policiales.
Este «error» del vigilante permitiría zanjar las dudas que el sábado levantaron los sindicatos principales de Correos en una carta remitida a su presidente, Juan Manuel Serrano. Los responsables de UGT y CCOO expresaron su «extrañeza» por el hecho de que las balas no fueran detectadas y solicitaron información sobre cualquier modificación del operativo de seguridad «que venía funcionando hasta ahora». En concreto, reclamaron una auditoría de los procesos de control que actualmente se aplican para detectar «posibles necesidades que precisen nuevas inversiones para la adecuación y mejora de los sistemas de seguridad». Además, recordaron que la institución pública ya fue usada en el pasado para «asestar golpes terroristas personalizados a diferentes personajes públicos».