Elecciones en Madrid
Ayuso anuncia ya que va a «arrasar» el 4-M y el PSOE teme el sorpaso de Errejón
El PP cree que tiene la mayoría absoluta al alcance de la mano y que podrá gobernar la comunidad sin pactar con Vox
En el PP comparten la euforia y ven cada día más factible el objetivo de los 69 escaños que dan la mayoría absoluta. El reverso de la moneda es el PSOE, que observa preocupado como Más Madrid le come terreno día a día, al punto de que no descarta verse relegado a la tercera posición.
Un revés que sería un desastre y confirmaría que la campaña de Angel Gabilondo no tenía tirón, como han advertido algunos dentro del partido.
Ayuso abandonó la cautela sobre el resultado del próximo martes que había caracterizado hasta ahora su discurso. Hace apenas diez días pidió a los simpatizantes del PP «no relajarse» porque que «no sobra ni un voto ni un escaño». En un mitin en Boadilla del Monte, advirtió que sería un error «pensar que las cosas están hechas». Pero esas prevenciones se han ido por el sumidero ante el panorama que muestran las encuestas de los últimos días, tanto las publicadas como las internas del partido.
Arrasar
Las primeras vaticinan sin excepción un triunfo incontestable, pero en el entorno de los 60 diputados aunque con una potente tendencia al alza.
Las segundas, afirman fuentes del PP, ya dan la mayoría absoluta. Un triunfo con 69 diputados o más confirmaría que Ayuso es un fenómeno político de los que surgen muy de vez en cuando. Con ese resultado, la hasta hace dos años desconocida candidata del PP no solo más que duplicaría los 30 escaños que cosechó en 2019,, sino que podría gobernar en solitario, «sin ataduras» como dice ella, y evitaría un dolor de cabeza a Pablo Casado, para el que la hipótesis de aliarse con Vox es un pésimo escenario por las repercusiones que tendría a escala nacional.
Sorpaso de García
Las palabras de la presidenta madrileña, de todos modos, causaron preocupación en el PP por el efecto desmovilizador que pueden tener en su electorado. José Luis Martínez Almeida, pareja de baile de Ayuso en la campaña, además de portavoz del partido, se apresuró a rebajar el entusiasmo. «Es muy difícil conseguir la mayoría absoluta», avisó el también alcalde de la capital horas después en un acto electoral. El objetivo, remarcó, es lograr una victoria «lo más amplia posible para gobernar en solitario», y solo será posible «si nos movilizamos» el próximo martes. En el PP recuerdan las elecciones generales de 1996, cuando dieron por descontada una amplia victoria de José María Aznar y al final el triunfo fue por poco más de 200.000 votos sobre el PSOE de Felipe González, o las de 2004, cuando la desmovilización del electorado conservador tras los atentados del 11-M cerró las puertas de la Moncloa a Mariano Rajoy, que era el gran favorito.
El entusiasmo de Gabilondo
El entusiasmo en la sala de operaciones electorales del PP contrasta con los temores que se respiran en la del PSOE, a pesar del redoblado entusiasmo con el que se multiplica el candidato Angel Gabilondo. «¡Estamos a 50.000 votos como mucho!», aseguró el jueves en la cadena Ser. Promete pagar el primer mes del alquiler a los jóvenes menores de 30 años si consigue gobernar y un complemento extraordinario de 400 euros a las pensiones no contributivas. La feria de las promesas del que sabe que no va a ganar pero busca movilizar a los votantes socialistas.
Pero parece una ofensiva a la desesperada. En el PSOE se malician el sorpaso de Más Madrid con una candidata, Mónica García, en ascenso frente a un Gabilondo en descenso. Los sondeos han mostrado que a medida que avanzaba la campaña los socialistas empeoraban sus expectativas de voto y el partido que lidera Iñigo Errejón las mejoraba. El candidato del PSOE dice que no teme verse rebasado por Más Madrid porque «lo importante» es que la izquierda sume para gobernar Madrid. Pero en su partido no todos comparten esa tesis.
Fuentes socialistas atribuyen la inocultable hemorragia de votantes hacia la candidatura de García a un «realineamiento» de las fuerzas dentro del bloque de la izquierda. Unos apoyos, dicen, que volverán al PSOE.