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Publicado por
León

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Pablo Iglesias se ha cortado la coleta. La que le ha caracterizado desde que en 2014 dio el salto a la política nacional y con la que figuró en las papeletas electorales, allá por los tiempos en los que Podemos era un partido desconocido. De hecho, su exmano derecha, Íñigo Errejón, consideró que la mejor estrategia para captar votos era plasmar al candidato y su coleta sobre el papel con el fin de que los votantes les asociasen a Podemos.

El exvicepresidente segundo dejó la política tras el batacazo de la izquierda en las elecciones de la Comunidad de Madrid del pasado 4 de mayo. Apenas una semana después ha finiquitado la coleta que lució primero durante años y el moño que después mostró en su etapa como vicepresidente segundo en el Gobierno de coalición con Pedro Sánchez. El libro que lee Iglesias en la fotografía que acompaña esta información es ‘¡Me cago en Godard!’, del periodista de La Vanguardia Pedro Vallín.

El futuro de Iglesias está sujeto ahora a debates. Una cosa segura es que, con coleta o sin ella, tratará de regresar a la docencia universitaria. Es lo que siempre ha sostenido. Iglesias dijo desde el principio que su paso por la política sería breve porque su pasión era impartir clases en las aulas. Se especula también, y mucho, la posibilidad de que retome su faceta televisiva, aunque esta vez podría ser en canales de mucha mayor difusión que aquéllos en los que empezó a despuntar como comunicador.

Una vez ha abandonado la política, se recuerdan palabras suyas fuera de los micrófonos en los que consideraba que Juan Carlos Monedero, recién salido de Podemos por sus múltiples encontronazos internos dentro del partido, debía ejercer como «una especie de Federico Jiménez Losantos para la izquierda». La duda es si Iglesias piensa en asumir ese papel ahora para sí mismo.