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Aragonès convierte el ‘conflicto’ en el eje de la política contra el Estado

Los 14 consejeros toman posesión de sus carteras obviando al Rey y la Constitución

El nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado por todo su gabinete. E. FONTCUBERTA

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León

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Los catorce consejeros del nuevo Govern presidido por Pere Aragonès tomaron ayer posesión de sus carteras en una ceremonia celebrada en el Palau de la Generalitat. Prometieron sus cargos «con lealtad al presidente» de la Generalitat y obviando, como ya hizo el jefe del Ejecutivo autonómico, la Constitución, el Rey y el Estatuto. Tras la foto de grupo en la plaza Sant Jaume, el nuevo Gobierno catalán celebró su primera reunión, más bien protocolaria, con la que empezó a dar sus primeros pasos, todos ellos nombramientos de la segunda y tercera línea de la administración.

Aragonès, primero en un discurso durante el acto, y más tarde en la primera comparecencia pública de todo el Ejecutivo, llamó a abordar ya, «sin dilación», la resolución del conflicto catalán a través de la autodeterminación y la amnistía. Como en todos los discursos que ha pronunciado el presidente catalán desde su investidura, puso el acento en el doble objetivo que se marca para su mandato: la reconstrucción económica y social de Cataluña, tras el año y medio de pandemia, que se convierta en una «transformación profunda de la sociedad», y la cuestión soberanista, sobre la que no hay consenso en el ejecutivo y que va a ser un foco de conflicto entre los dos socios del gobierno.

Fuentes de la vicepresidencia, en manos de Junts, garantizaron lealtad a la mesa de diálogo con el Gobierno que Aragonès sitúa como pieza central de la primera mitad de la legislatura, pero al mismo tiempo recordaron que este es un Gobierno surgido de unas elecciones en las que por primera vez el secesionismo superó el 52% de los votos. En la cuestión del ‘procés’, el objetivo de la legislatura, según Aragonès, es conseguir la libertad de los presos y forzar al Gobierno a permitir un referéndum de autodeterminación. El primer propósito podría estar cerca, de acuerdo a lo que ha expresado el presidente del Gobierno estos días, lo que daría oxígeno a Aragonès.

En cambio, el segundo no tiene cabida en el ordenamiento jurídico y el Ejecutivo central asegura por activa y por pasiva que no irá más allá de lo que le permite la Constitución. El presidente de la Generalitat tiene previsto hablar esta semana con Pedro Sánchez para solicitarle una primera reunión, que sirva de previa a la reanudación formal de la mesa de diálogo, que permanece suspendida desde febrero de 2020. La cuestión de los indultos se sitúa como la primera prueba de fuego para tomar la temperatura al estado de las relaciones entre ambos ejecutivos.

Entre sus primeros pasos, el Gobierno catalán sitúa el ámbito social como el más urgente. «La prioridad -según el president- es la reconstrucción de las vidas tras la pandemia». Pero también todo lo relacionado con el conflicto político. «Me comprometí», dijo, a resolver la cuestión catalana. Su primera medida en este sentido será reactivar la mesa de diálogo y convocar a todo el soberanismo a un acuerdo nacional por la amnistía y la autodeterminación, lo que en su día fue el pacto nacional por el derecho a decidir, que el independentismo utiliza para exhibir que el referéndum cuenta con un apoyo amplio en la sociedad catalana.

Trabajar como una piña Aragonès recordó a sus consejeros que tienen predecesores en prisión y en el exilio y les pidió compromiso con el país y con su plena libertad.

Ocho mujeres y seis hombres

El nuevo Govern consta de catorce consejeros, ocho mujeres y seis hombres, y cuatro de ellos tienen causas pendientes con la justicia a cuenta de su participación en el ‘procés’.

El presidente de la Generalitat se propone cuatro transformaciones durante la legislatura: en el ámbito de la ecología, del feminismo, de la democracia y el conflicto político y un nuevo modelo de gobernanza. En este punto, se conjura para que haya más coordinación entre los dos socios para que no se repitan las batallas de la anterior legislatura.

«Trabajaremos como una piña», dijo. El presidente de la Generalitat designó director de su gabinete a Sergi Sabrià, hombre fuerte de ERC y que ha llevado las negociaciones con Junts. De momento, todo son buenas intenciones entre los dos socios, pero los reproches están a la orden del día.