Los errores del Rey del Cachopo le incriminan en el crimen de su novia
El acusado niega
A los cuatro meses de relación, Heidi Paz decidió dejar a su pareja, César Román, y se alejó del domicilio que compartían. Se habían conocido en una sidrería de Madrid, donde ambos trabajaban. Antes de partir, le dejó una nota manuscrita. Un par de meses después, ella le llamó desde un teléfono público de Legazpi a las seis de la mañana y volvieron a verse en la casa que compartieron.
Ese mismo día del reencuentro, el Rey del Cachopo la asesinó, según las conclusiones que el fiscal Miguel Mínguez expuso ayer en el juicio. La motivación, según la Fiscalía: «Por ser mujer y no aceptar que ella quisiera distanciarse de él».
«Para evitar ser descubierto» Román, de 47 años, descuartizó a su víctima, «separando del cuerpo la cabeza y los miembros superiores e inferiores», que no se han encontrado. «Privó a la familia de enterrar las partes que no han aparecido», sostuvo el fiscal, que considera probado que quien seccionó el cuerpo tenía la pericia de un carnicero, lo que coincide con la experiencia del acusado en su trabajo de cocinero.
Descrito como «violento», Román mantuvo en su última palabra que nunca le ha puesto «la mano encima a una mujer» pero luego reconoció que sí había empujado a su expareja. «Llevo todo la vida controlándome y aquel día me equivoqué».
Después del asesinato, Román introdujo el tronco en una bolsa de plástico negra y lo introdujo en una maleta, prosigue el fiscal. Pidió un taxi a las 16:21 horas de ese 5 de agosto de 2019 y se dirigió con ese equipaje a una nave industrial. Allí con un cuchillo «le cortó los senos, que tenían unos implantes de silicona», se lee en las conclusiones de la Fiscalía, y «roció el cuerpo con sosa cáustica». No obstante, conservó la maleta, donde los peritos encontraron ADN, que coincidía con el de la víctima.
Román está acusado de homicidio y profanación de cadáver, con la agravante de parentesco y de género. La Fiscalía pide 15 años y la defensa, absolución.