La Fiscalía investiga el trato a menores en Ceuta y las ‘devoluciones en caliente’
Dos representantes del Ministerio Público visitan el almacén donde se les alojó a los niños
La imagen dio la vuelta al mundo: una decena de adolescentes acostados en las baldas de una estantería metálica en una nave en el polígono de El Tarajal. Ahora, la Fiscalía ha abierto otra investigación —la segunda sobre la crisis migratoria-—para analizar la atención que recibieron los menores que llegaron a nado a Ceuta la semana pasada.
Cuando la situación vio la luz gracias a los medios de comunicación, la fiscal jefe de la ciudad, Silvia Rojo, y el fiscal de Menores, José Luis Puerta, visitaron las instalaciones donde las autoridades estaban atendiendo a los centenares de niños y adolescentes que entraron en la ciudad en apenas 48 horas. Aunque entendieron el carácter inesperado de la crisis migratoria, que supuso la llegada de 12.000 personas a Ceuta, los representantes del Ministerio Público detectaron cierta «falta de organización y coordinación» entre las administraciones para atender la situación. Pero, sobre todo, les llamó la atención las condiciones de insalubridad de una nave que se encontraba en estado de abandono y que se reacondicionó para acoger a los menores.
El fiscal Puerta confirmó ayer que se han abierto diligencias preprocesales para analizar cómo se organizó todo el dispositivo y la atención que se les prestó. De hecho, ya han solicitado informes tanto a la ciudad autónoma como a la Delegación del Gobierno para que detallen los recursos que destinaron y cómo resolvieron los primeros días de la crisis.
Los dos fiscales visitaron las instalaciones el miércoles 19 de mayo. Allí encontraron a menores «sentados en el suelo» mientras se iban sometiendo poco a poco a las pruebas de la covid-19 y la Policía los iba reseñando. «Las condiciones higiénicas no eran buenas», reconoce Puerta.
La calle que conducía hasta al almacén estaba llena de basura. Justo en la puerta dormían al raso, con la cabeza apoyada en pañales de bebé, cuatro mujeres subsaharianas que habían cruzado la frontera a nado. Dos de ellas tenían en brazos a sus bebés.
En la nave el ambiente era frenético, pese a haber entrado ya la madrugada. Una puerta metálica rota ayudaba a ver el interior y permitió tomar la fotografía de la estantería ocupada por chavales que trataban de dar una cabezada. La investigación abierta ahora por la Fiscalía se suma a la que se incoó por las devoluciones ‘en caliente’ de menores en la frontera de El Tarajal durante los principales días de la crisis migratoria. Las diligencias partieron de la denuncia de una ONG, que aportó un vídeo de Reuters grabado por Jon Nazca en el que se observa a Aschraf, un adolescente de 16 años, al llegar a la playa de Ceuta rodeado de botellas de plástico que le servían de flotador.
El menor se encuentra ya de vuelta en Casablanca tras ser devuelto —según él, dos veces— en la frontera de El Tarajal. Vive en un barrio chabolista con una viuda que lo acogió hace cinco años, cuando murió su madre adoptiva. Aschraf fue abandonado por su madre biológica —que tenía la edad de él ahora— tres días después de nacer.
El Ministerio Público ha solicitado informes a la Comandancia General de Ceuta, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil para conocer qué instrucciones se dieron y quién las impartió, además de identificar a todos los empleados públicos que participaron en el dispositivo.