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Publicado por
León

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, necesitaba controlar el PSOE con la derrota de Susana Díaz para relanzar su iniciativa política y amortiguar la presión conservadora. Sánchez se presentará hoy al presidente de EE UU, Joe Biden, en la cumbre de la OTAN para visualizar el inicio de un nuevo ciclo en la política española y, aunque quedan incógnitas, las elecciones andaluzas podrían haber sido una espina, si no aclaraban el control real que ejerce sobre su partido, el PSOE. Las primarias de Andalucía determinan la relación de fuerzas en la potente federación socialista del sur de España, el verdadero pulmón orgánico de esta formación, con 46.000 militantes. El resultado es un termómetro sobre la capacidad del equipo del presidente del Gobierno por trasladar su modelo al conjunto de esta fuerza política, sin contrapesos a su línea estratégica. Si hubiera ganado Díaz, Sánchez saldría debilitado del envite, pero venció el alcalde de Sevilla, su supuesto favorito, y el presidente tendrá que preparar su aterrizaje con posibilidades reales para regresar al poder a medio y largo plazo, porque todas las encuestas vaticinan en este momento un triunfo autonómico del PP en esta comunidad. La segunda variable es la capacidad del centroderecha para movilizarse con la bandera de una radical oposición a los indultos a los dirigentes del procés como quedó patente ayer en la plaza de Colón. Una medida con coste, pero que puede atraer al centroizquierda con un mensaje centrado en la defensa de la convivencia en Cataluña y la generosidad de la democracia española. También falta por saber qué tipo de oferta política realizará Sánchez en esa negociación.