Cospedal reconoce que se vio con Villarejo
María Dolores de Cospedal, investigada en la operación Kitchen por delitos de cohecho, tráfico de influencias y malversación de caudales públicos, no tuvo más remedio que reconocer ayer ante el juez instructor su relación personal y laboral con José Manuel Villarejo.
El cúmulo de indicios que se amontonan en la causa, y la posibilidad de que aparezcan audios del comisario jubilado por ahora desconocidos, llevaron a la ex secretaria general del PP entre 2008 y 2018 a admitir que se reunió varias veces con el investigado para tratar asuntos sensibles para el partido.
Las citas tuvieron lugar en la sede nacional del PP, la mayoría de las veces solos, y en una cafetería. Sin embargo, Cospedal afirmó que en ningún caso se vieron para conocer el desarrollo de la operación de espionaje contra Luis Bárcenas, enemigo público de la exministra, ni para encargar otros servicios de seguridad a la empresa de Villarejo.
La razón de los encuentros, explicó, era para que éste le contara lo que sabía sobre las filtraciones judiciales a los medios de comunicación relacionadas con el PP y con ella. Una información que nunca fue útil, añadió Cospedal, ya que solía estar en la prensa.
La relación entre ambos investigados comenzó en 2009, un año después de que la política fuera elegida secretaria general del PP. Fue el marido de la expresidenta de Castilla-La Mancha, Ignacio López el Hierro (declara hoy), quien le presentó a Villarejo como un policía en excedencia que dirigía una consultora importante, «muy bien relacionada», que hacía labores de investigación.
Cospedal afirmó que contactó con el comisario después de que el entonces ministro del Interior socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya fallecido, advirtiera en el Congreso al diputado del PP Carlos Floriano, en noviembre de 2009, que «escuchaba y oía todo lo que decía». Un aviso que le llevó a pensar que podía haber escuchas a dirigentes del PP y pensó en Villarejo para conocer el alcance de las palabras de Rubalcaba. Ayer, a Cospedal no le quedó más remedio que intentar rebajar su relación con los investigados.