Aragonès quiere pactar con todas las facciones una posición de mínimos
El propósito de Pere Aragonès es pactar con todos los actores del independentismo una posición de mínimos. De entrada, todos están de acuerdo en reivindicar la autodeterminación y la amnistía. Pero ahí se acaba el consenso.
A excepción de ERC, nadie defiende el diálogo con Pedro Sánchez. Junts, de hecho, trata de dinamitar la mesa para perjudicar a sus socios republicanos. Pero además, no han sido capaces de acordar una hoja de ruta soberanista para los próximos años. El exdiputado de la CUP, David Fernández, que ayudó a Mas para el 9-N, ha recibido el encargo de Aragonès para acercar posiciones. La estrategia de diálogo de ERC es a largo plazo. Junts ni siquiera está dispuesta a dar dos años de margen a la mesa con el Gobierno e insta a Aragonès a que acuda a la cita amenazando con la vía unilateral. La CUP, por su parte, exige un referéndum antes de 2025.
bandera del diálogo
Por su parte, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general de este partido, Marta Rovira, defienden que el curso político continuará marcado «por la represión del Estado», pero subrayan: «Nos toca a nosotros ser los campeones de la negociación» con el Estado, para demostrar a la comunidad internacional ese talante.
Ambos hacen una firme defensa de la voluntad que debe tener la parte catalana de «negociar y dialogar», algo que «debe ser nuestra bandera», dicen, ya que es un «instrumento imprescindible». «Sabemos que sin reconocimiento internacional no hay independencia que podamos gestionar. Por tanto, nos toca a nosotros ser los campeones de la negociación», insisten.