Diario de León

Una polémica de Ayuso enreda la recta final de la gran convención de Casado

El líder del PP entra en la disputa sobre la colonización y se niega a que España pida perdón

Pablo Casado ayer, con el presidente de la Comunidad de Murcia Fernando López Miras. MARCIAL GUILLÉN

Pablo Casado ayer, con el presidente de la Comunidad de Murcia Fernando López Miras. MARCIAL GUILLÉN

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Para el presidente del PP, Pablo Casado, la conquista de América fue «el mayor hito de la humanidad» después del Imperio Romano. Con esa declaración se sumergió de lleno ayer en la polémica sobre la colonización y la necesidad, o no, de que España pida perdón a las naciones latinoamericanas por el exterminio indígena, después de que el papa llamara en una misiva dirigida a los obispos mexicanos a «reconocer los errores cometidos en el pasado».

Lo hizo en Cartagena (Murcia), en la quinta jornada de la convención nacional de su partido, la última en modo itinerante antes de desembarcar este sábado en Valencia, que este fin de semana acogerá la traca final del cónclave. «España no tiene que pedir perdón por una historia común. En todo caso, debe dar las gracias», afirmó Casado en presencia de sus invitados internacionales del día, los expresidentes de México y Colombia, Felipe Calderón y Andrés Pastrana.

El líder del PP había rehuido hasta ahora una polémica que llevaba planeando toda la convención desde que el martes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su viaje a Estados Unidos, además de indentificar «indeginismo» con «comunismo», se mostrase «sorprendida» con el pontífice, al que recordó que «España llevó el catolicismo y la libertad al continente americano». El jueves, José María Aznar señaló en Sevilla, en presencia de Casado, que no iba a pedir perdón «lo dijera quién lo dijera», en velada referencia a Francisco.

Estas declaraciones, en concreto las de Ayuso, han topado con la Iglesia. Ayer el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, pidió a la presidenta madrileña «que se leyera» la carta del papa con motivo del bicentenario de la declaración de Independencia de México «antes de criticarla».

Más allá de la polémica, la convención nacional de los populares ha testado durante toda la semana su receta para intentar ensanchar su base de votantes a todo el espacio de centroderecha. Casado ha soslayado durante la semana el debate de la dependencia de los de Santiago Abascal para gobernar, pese a haber sido advertido por figuras relevantes del PP Europeo como el expresidente de Polonia, Donald Tusk, de «huir de los populismos, ya sean rojos o pardos». Otros, como Aznar o el expresidente Mariano Rajoy le recetaron centrarse en la economía y emprender «reformas profundas». El resultado es que el PP llega a Valencia con una ensalada ideológica en la mochila y con el objetivo de encumbrar la figura y consolidar el liderazgo de Casado como «alternativa real» a Pedro Sánchez.

Todo antes de sacar músculo en el acto que se celebrará mañana en la plaza de toros de Valencia, que esperan llenar con 9.000 simpatizantes.

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