La erupción de La Palma ya es la más devastadora de Canarias en un siglo
El volcán Cumbre Vieja vomita bloques del tamaño de una casa de tres plantas
La ministra Robles atiende las explicaciones de un miembro de la UME con el volcán al fondo. ELVIRA URQUIJO A.
La erupción del volcán Cumbre Vieja ya es la más devastadora que ha vivido la isla canaria de La Palma en el último siglo. Los más de 80 millones de metros cúbicos de lava que los geólogos y vulcanólogos calculan que la montaña ha arrojado en las últimas tres semanas, desde el 19 de septiembre, han cubierto con coladas de magma ardiente algo más de 500 hectáreas de cultivos, calles, carreteras e infraestructuras y han derribado 1.281 edificaciones.
Una superficie muy superior a la devastación padecida hace 72 años, en 1949, durante la conocida como erupción de San Juan, cuando a lo largo de 41 días el volcán vomitó unos 55 millones de metros cúbicos de tierras y piedras al rojo, que destrozaron sobre 450 hectáreas de La Palma.
El primer balance de los 21 días de actividad señala que el riesgo vital obligó a evacuar a 6.000 vecinos, que en contadas ocasiones han podido regresar unos minutos a sus casas acompañados de los agentes de emergencias para recoger objetos y enseres de valor y llevarse algo de ropa de sus viviendas.
La colada más activa sigue siendo la creada el sábado, en la vertiente norte de la montaña, cuando en dos fases se derrumbó gran parte del cono del volcán y arrojó rápidas y abundantes riadas de lava que fueron triturando el polígono industrial Los Llanos, que fue el primer obstáculo físico de consideración que encontraron en su camino. Los derrumbamientos en la ladera hicieron que buena parte de la superficie cayese a la caldera del volcán y que al cabo de unos minutos emergiese montaña abajo en forma de varias lenguas de magma al rojo vivo en el que se distinguían bloques del tamaño de una casa de tres plantas.
La noche del sábado al domingo La Palma vivió un enjambre de terremotos y temblores que extendieron el miedo entre los vecinos. Los servicios técnicos registraron unos 21 terremotos hasta las 7:30 horas de la mañana, entre los que destacó un sismo de 3,8 en la escala de Ritcher. Pese a los abultados datos fueron menos seísmos y de menor intensidad que un día antes.