Diario de León

OPINIÓN Enrique Curiel

¿Un referéndum útil?

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De nada sirve que los nuestros medios de comunicación dediquen sus energías en los próximos días a poner de manifiesto la irrelevancia del referéndum celebrado ayer en Gibraltar. Para los gibraltareños y para el primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana, el objetivo es doble: por una parte erosionar la posición del gobierno de Anthony Blair en relación con las negociaciones iniciadas con Madrid, y, por otra parte, reafirmar su condición de «minoría de bloqueo», en el sentido de dejar establecido que cualquier solución al «status» de la estratégica colonia británica requerirá el acuerdo de los ciudadanos gibraltareños. Pero el legítimo deseo de España, socio del Reino Unido en la Unión Europea y en la OTAN, de normalizar y superar el absurdo que representa Gibraltar en la Europa de hoy, se encuentra con inconvenientes casi insuperables. Como ya se ha explicado, Gibraltar es una pieza militar y económica de primera magnitud para Londres, hasta el punto de provocar fracturas en el gobierno laborista que están en el origen del «parón» en la negociación abierta con Madrid. Es una base militar británica que juega un papel insustituible en una de las regiones más significativas desde el punto de vista político y militar. El peñón es una pieza básica para el control del Estrecho en el mar Mediterráneo al que los militares británicos no quieren renunciar. Es una base indispensable en el sistema de la red Echelon, bajo control angloamericano, de escucha y espionaje industrial, civil y militar, que tantos quebraderos de cabeza le ha causado a muchas empresas europeas al permitir que sus contrincantes estadounidenses conozcan la información caliente sobre sus contratos, ofertas y actividades. Pero además, aunque España lo rechace, Gibraltar forma parte de una solución global en la búsqueda de un nuevo equilibrio en el Estrecho que incluya la situación de Ceuta y Melilla. Es decir, España tendría que optar entre Gibraltar y Ceuta y Melilla, pero nunca controlar ambas márgenes del Estrecho. Y esa actitud la comparte la diplomacia de los USA en beneficio de los intereses de Marruecos. Como se puede observar, el «puzzle» de deseos cruzados dificulta la posición española. Líderes del partido conservador británico se han reunido durante los últimos meses con altos cargos del gobierno marroquí para reforzar el paralelismo entre Gibraltar, Ceuta y Melilla, e iniciar una campaña despues del referendum que ayer se celebró en el peñón y que ratificará la oposición de los «llanitos» a la soberanía compartida de la colonia. Por otra parte, Peter Caruana, tiene el compromiso de los líderes del Partido Conservador británico para que el referéndum tenga carácter vinculante cuando los «tories» gobiernen. Como se puede observar, nuestra política exterior no goza de muy buena salud.

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