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El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, fue ayer el encargado de presentar en el Congreso la macroencuesta sobre Comunidades Autónomas e Instituciones que incluye la estimación de voto de los ciudadanos españoles en unas hipotéticas elecciones generales y en las autonómicas del próximo año. Fernández Díaz subrayó que el método de cálculo empleado, que el Gobierno «no conoce», es la particular «fórmula de la Coca-Cola» que todos los institutos de opinión utilizan a la hora de hacer los sondeos, y que en el caso del CIS, es el que le da «la credibilidad y la solvencia científica que tiene acreditadas a nivel nacional e internacional». La estimación de voto, según explicó, se extrae de diversas variables, como la intención de los ciudadanos, la simpatía, el recuerdo de voto y otras a las que luego se les da un tratamiento científico y «propio». El secretario de Estado fundamentó sus argumentos repasando algunos estudios elaborados en la etapa de gobierno del PSOE y también en la primera del PP, en los que se apreciaban paralelismos respecto a los datos electorales ofrecidos hoy. «Acusar de manipulación al CIS no tiene, científicamente, ningún sentido», dijo Fernández Díaz a aquellos grupos de la oposición que esta tarde pedirán ante el pleno del Congreso la reforma de la ley que regula el centro sociológico. Puntualizó que aunque la encuesta contiene datos «gratificantes» para el Ejecutivo, refleja también otros que favorecen a los socialistas, como los que se refieren a Castilla-La Mancha y su presidente, José Bono. Para Fernández Díaz, el PSOE se escuda en una actitud «maniquea» al decir que «el CIS manipula donde a los dirigentes socialistas no les gusta nada, y donde les gusta mucho, se debe a que el Gobierno y el CIS no han podido impedir el clamor popular». «Acusar al CIS o al Gobierno de manipulación es casi ofensivo. Nadie manipula nada. Esto es lo que opinan los españoles. Hay que respetar esta opinión y no intentar transmitir el mensaje de que hay que romper el espejo porque la imagen que en él aparece reflejada no nos gusta», apostilló. En el caso de Cataluña, el secretario de Estado rechazó tam