El Poder Judicial cumple tres años con el cartel de ‘en funciones’
El CGPJ cumple este sábado tres años de interinidad por la falta de acuerdo entre PSOE y PP para la renovación de sus integrantes. Casi 1.100 días en funciones en la mayor anomalía que se recuerda en un órgano constitucional. Y eso que el gobierno de los jueces tiene relevantes cometidos como organizar el funcionamiento del Poder Judicial, aprobar nombramientos de altos cargos, velar por la independencia de sus miembros o aplicar el reglamento disciplinario. Esta prórroga ya está provocando graves alteraciones en los tribunales más relevantes. Ya existen 48 plazas discrecionales sin cubrir en el Supremo, Tribunales Superiores de Justicia, Audiencia Nacional y audiencias provinciales. Además, cientos de sentencias están paralizadas en las distintas jurisdicciones del alto tribunal ante la imposibilidad de cubrir los huecos que dejan los magistrados jubilados. La reciente renovación de parte de los órganos constitucionales, anunciada el 21 de octubre por socialistas y populares, cuyos escaños suman los tres quintos necesarios, ha abierto una vía para sacar del abismo al CGPJ.
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el número dos del PP, Teodoro García Egea, están convencidos de que al menos «hay acuerdo para que haya acuerdo», que no es poco, pero el tacticismo partidista sigue imponiéndose por ahora. «El Consejo está secuestrado por los intereses del legislativo. Es gravísimo», admite un relevante cargo del CGPJ, que no obstante confía en una solición inmediata por responsabilidad institucional. Ayuda, por ejemplo, que los negociadores aceptaron sin matices los nombres propuestos para renovar un tercio del Tribunal Constitucional. Bolaños cedió para que su interlocutor se decantara por un jurista tan significado como Enrique Arnaldo, colaborador de Faes. Por su parte, García Egea no puso reparos en la magistrada Inmaculada Montalbán, elegida por el PSOE para ser vocal del CGPJ en el mandato 2008-2013, o su colega Ramón Sáez Valcárcel, una elección que se atribuyó directamente Unidas Podemos.