Diario de León

Los vecinos del inmueble de 13 plantas que tuvieron que ser evacuados helicóptero en medio del pánico

Un muerto y diecisiete heridos en un incendio en un edificio en Canarias

Un muerto y diecisiete heridos, incluido uno muy grave por cuya vida se teme y varios niños y adolescentes con quemaduras o intoxicaciones de c

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Efe - LAS PALMAS.

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La magnitud del fuego, cuyas causas ayer no se habían aclarado, así como su altura, dificultaron las tareas de rescate y extinción, en las que agentes de la Policía Local de Telde colaboraron con los bomberos y diversos efectivos del Grupo de Intervención en Emergencias regional, según confirmaron fuentes del Centro Coordinador de Emergencias 112. Estas fuentes, que dijeron desconocer la identidad de la única víctima mortal, subrayaron, al igual que un portavoz de los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, que en el lugar del suceso reinaron la confusión y el pánico. Su versión fue confirmada por decenas de vecinos que, tras abandonar el edificio, que fue desalojado casi de forma espontánea por todos sus habitantes al detectarse las llamas, esperaban a las puertas del bloque a que se les permitiera volver a sus viviendas, después de que los técnicos estudiaran los posibles daños en las estructuras. Los propios ocupantes del inmueble incendiado, así como de los colindantes, relataron a Efe cómo ellos mismos, al llenarse de llamas y humo las estrechas escaleras de su edificio, optaron por rescatar a sus vecinos de las plantas más altas, donde -aseguraron- podrían haber muerto hasta treinta personas sin su intervención. Los participantes en el rescate, en su mayoría jóvenes residentes en la zona, se vieron obligados a romper con sus propios martillos y mazos las paredes que separaban el bloque de casas anexo de las viviendas cercadas por el fuego y el humo en cuatro de las trece plantas, de la octava a la décima, según explicó a Efe uno de ellos, Víctor José Alamo Santana. Éxito de la intervención En el éxito de su intervención fueron determinantes los conocimientos de fontanería de varios de ellos, ya que, ante la falta de mecanismos contra-incendios del inmueble, uno de los numerosos bloques de viviendas sociales construidas en Jinámar hace más de una treintena de años, se vieron obligados a improvisar conexiones para conducir agua hasta las plantas incendiadas. «Tuvimos que sacar la manguera de riego que tenemos nosotros en el edificio de al lado para poder hacer en el piso once una nueva acometida desde la que sacar agua y poder luchar contra el fuego», contó Alamo Santana. Tanto él como otros vecinos aseguraron que su intervención se produjo ante la pasividad de los bomberos desplazados hasta el lugar, que, según su versión, se negaban inicialmente a entrar al inmueble por considerar que el fuego que se extendía por las escaleras lo desaconsejaba. Casi cuatro horas después de iniciarse, pasadas las dos de la tarde, se permitió a los vecinos volver a entrar a sus casas.

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