Manuel Fraga admite que estuvo cazando el domingo después del hundimiento
El presidente de la Xunta de Galicia admite que la decisión de alejar el Prestige de la costa mientras perdía su carga de fuel fue «una decisión más mala de lo previsto», y se adoptó porque se consideraba que era «la menos mala». Manuel Fraga, de todos modos, exime de culpa a los responsables gubernamentales de la iniciativa y responsabiliza al capitán del petrolero «por su obstrucción» ya que la solución del alejamiento «hubiera funcionado mejor» con su colaboración. Reconoce, además, que el primer domingo del desastre, el 17 de noviembre, estuvo «en la cacería cuatro horas» y regresó a Santiago «sin comer». Cuantas veces se le había consultado hasta ahora, Fraga había negado que su participación. Fraga explicó que «ni siquiera es aficionado a las perdices, sino a la caza mayor», pero que todos los años una persona «muy amable» le invita a «siete puestos» de la cacería que se celebra cerca de Madrid y en esta ocasión fue a «saludarla y me vine. Y eso es todo». Fraga apuntó que una de las lecciones que ha sacado de la catástrofe es que «España deberá hacerse pronto con un remolcador muy importante».