Aznar se disculpa ante una Galicia indignada

«Asumo los errores y pido las disculpas correspondientes». De esta forma tan concisa Aznar vino a reconocer el extendido malestar causado por su polémica ausencia durante más de un mes de la zona afectada por la «amenaza gigantesca» del Prestige. Por ello, pidió también perdón por la falta de medios a quienes tuvieron que recoger el fuel con sus propias manos y sin mascarillas. «Sé que muchos gallegos se han podido sentir un poco molestos porque el presidente del Gobierno no estuviera antes aquí. No me cuesta pedir disculpas, pero quiero que sepan que lo más fácil hubiese sido venir». Y es que, según explicó, podría haber viajado a Galicia desde un principio «para ganar algo de popularidad, parecer un poco más simpático» y obtener réditos electorales con «fotografías demagógicas». Ese tipo de visita hubiera sido, a juicio del presidente, «una manipulación de los sentimientos de los gallegos, a quienes yo respeto demasiado». Aznar, que dijo que no iría a Galicia hasta tener «los deberes hechos», enumeró una serie de medidas para atender a los afectados y prevenir nuevos desastres, la mayoría aprobadas por el Gobierno en fechas anteriores o consistentes en una redistribución de los fondos europeos ya concedidos a España. Aunque la UE dio su apoyo moral a Galicia por el desastre sufrido sin asignar nuevos recursos financieros para la catástrofe -sólo 5 millones de euros de los Fondos de Solidaridad-, el presidente del Gobierno se refirió a otros 260 millones de euros que son ayudas ya dadas a España para otras partidas (como la modernización de la flota pesquera) que ahora se destinarán en su mayoría a región galaica. Anunció también un plan de reactivación económica, por el que el Gobierno contratará a 7.000 parados que se dedicaran a las tareas de limpieza y otro de promoción turística por 17 millones de euros. Además recordó otras medidas que el Ejecutivo ya aprobó en las últimas semanas para esa región, y que el pasado viernes extendió a Asturias, Cantabria y País Vasco y a otros afectados indirectos. «Pusilánimes» El presidente del Gobierno reclamó además a la oposición «un esfuerzo común» ante una catástrofe de esta magnitud y pidió que dejaran a un lado los «partidismos, egoísmos y los espíritus flojos o pusilánimes». «Es un momento para la solidaridad», apuntó. Aznar, convencido de que «ganaremos esta dificultad», respaldó la gestión de Rajoy y del ministro de Fomento y asumió la responsabilidad de la decisión «política» que tomó Francisco Álvarez-Cascos de alejar el barco de la costa antes de su hundimiento. En este sentido, advirtió de que «ahora es muy fácil» decir que fue una mala decisión, pero destacó que fue «la menos mala».