Nervios, llamadas y búsqueda de papeles

Tras la primera intervención de Caldera, el equipo de Rajoy se puso a trabajar a destajo, con constantes llamadas, búsqueda de papeles y comunicaciones con el propio vicepresidente, lo que obligó incluso al presidente de la Comisión, el popular Jaime Ignacio Del Burgo, a advertir de que el reglamento de la Cámara sólo permite el intercambio de este tipo de informaciones a través de los ujieres. Rajoy calificó de «burda» la acusación principal. Responsabilizó a los socialistas de «mentir verbalmente y por escrito» para hacerle «el mayor daño posible», y les acusó de omitir en la nota difundida que el cambio de rumbo fundamental, el que viró la trayectoria del buque de norte a sur, no se produjo a las 8.30 de aquel 15 de noviembre, sino cinco horas antes. Añadió Rajoy que fue el capitán del petrolero el que pidió el cambio de dirección debido a los problemas que tenía, a lo que las autoridades españolas accedieron «siempre y cuando se alejara de la costa». Precisó que a las 8.30 lo que se produjo fue un nuevo cambio de rumbo, en este caso sí ordenado por Marina Mercante, al observar que el capitán incumplía la condición de alejamiento. Rajoy se guardó un as en la manga para su turno final. Fue entonces cuando acusó al dirigente socialista de eliminar, en la fotocopia distribuida, algunos epígrafes de la secuencia de los hechos. «Es lo más zafio que he visto en mi vida», espetó el vicepresidente.