Los patrones mayores de las Rías Bajas ayunan en protesta por el abandono del Gobierno en la crisis

La falta de medios para luchar contra la contaminación en las Rías Bajas sólo es comparable a la impotencia que sienten los pescadores al ver que sus demandas y temores no son atendidos por las administraciones. Esta sensación de abandono ha llevado a los patrones mayores de las cofradías de Cangas y El Grove (Pontevedra) a iniciar una huelga de hambre indefinida. A la iniciativa, que recordaron es «totalmente personal», se sumó el patrón mayor de Pobra de Caramiñal. Pero no es pacífica: José Antonio Gómez Castro, patrón mayor de Portonovo, quien lanzó su batería de críticas tanto contra sus compañeros como contra los responsables políticos encargados de afrontar la catástrofe que asola Galicia: «yo he notado que no soy uno de ellos», dijo en referencia a los políticos que desde hace unos días visitan sin cesar los puertos pesqueros gallegos. Huelguistas de hambre o no, todos los pescadores gallegos están aterrados ante la falta de medios adecuados y modernos para combatir una inmensa mancha negra que flota a unas 20 millas (38 kilómetros) de cabo Silleiro, en la bocana de la ría de Vigo, y que se ha convertido en una amenaza constante para el litoral sur gallego. «Nos sentimos indefensos, descorazonados y abandonados por la administración» se lamenta Francisco Iglesias, patrón de El Grove, que recuerda que en estos momentos «sólo tenemos nuestros brazos para luchar contra el mar y el avance de los vertidos». Exigen a la administración más eficacia a la hora de atender sus demandas y proporcionarles los medios que precisan para garantizar la preservación de las rías de Vigo, Pontevedra y Arosa. Iglesias critica la poca relevancia y trascendencia que tienen las reuniones que los políticos mantienen con el sector. Recordó como ejemplo el encuentro mantenido hace unas semanas con el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga: una flota potente de buques que puedan trabajar en alta mar a pesar de las malas condiciones meteorológicas, skimmers y la coordinación de los distintos centros de actuación son algunos de los compromisos en el aquel encuentro que «han caído en saco roto». Los impulsores de la huelga de hambre insistieron en que «hay un problema y ese problema es el fuel-oil y su avance», ante el que pidieron la máxima unión y colaboración de todos los implicados.