Los voluntarios de Castilla y León se encontrarán con un paisaje desolador y mucho trabajo en la playa de Carnota
Marineros y voluntarios se sienten derrotados ante la tercera marea negra
La Costa de la Muerte sufrió ayer la tercera marea negra desde que el «Prestige» sufrió la primera vía de agua en su casco. Derrota
Los vientos estrellaron contra la costa de la muerte la enorme lengua de fuel que durante una semana amenazó a las rías Bajas. Una ingente masa formada por innumerables manchas fragmentadas y de distintos tamaños, en algunos casos de hasta un metro de densidad, que fueron alcanzando inmisericordes los arenales tras varios días de tensa espera y máxima alerta. Desde la ría de Muros hasta más allá de Finisterre, el mar, ayudado por el temporal y olas de hasta cuatro metros, arrastra gruesas manchas de hidrocarburo que invadieron y arruinaron lugares en los que, horas antes, cientos de voluntarios se habían dejado las manos y todas sus fuerzas por arrancarlo de las piedras, por retirarlo de la arena. Los arenales de Ribeira, Carnota, Camariñas, Finisterre, Corme, Muxía y Corcubión volvieron a recibir oleadas de fuel del Prestige. Desesperación compartida por los habitantes de Carnota, sin duda una de las zonas más afectadas por las mareas negras. No se libró de ninguna de las anteriores y tampoco la tercera quiso darle una tregua a esta localidad. En la playa que lleva el nombre del municipio, la visión es dramática. En numerosas zonas de este arenal el chapapote alcanza un espesor de más de 30 centímetros y dificulta las labores de recogida porque impide que los voluntarios se puedan mover con facilidad. Alguno ya ha tenido que ser rescatado por sus compañeros tras quedar succionado por el suelo asfaltado del arenal. La playa de Carnota está asignada a Castilla y León por lo que los voluntarios que acudan este fin se semana a la zona se encontrarán con un paisaje desolador y mucho trabajo. Otras manchas muy importantes que estaban ubicadas a 4 millas (7,2 kilómetros) de Finisterre, a 9 millas (16,2 kilómetros) del cabo Touriáns y a 17 millas (30,6 kilómetros) de las islas Sálvora avanzaron a lo largo del día hacia la costa de la Muerte, donde centenares de embarcaciones permanecen en puerto, amarradas sin poder salir a combatir el vertido en alta mar debido al fuerte temporal que se registra. El portavoz de los marineros de Lira, en Carnota, Emilio Louro, no quiere rendirse pero afirma que le faltan las fuerzas. Entiende que es un sentimiento generalizado en localidades como Muxía, Cambre o Malpica.