Promesas cumplidas

El presidente del Gobierno, José María Aznar, acaba de anunciar que, dentro de poco, el cumplimiento integro de las penas para todos los casos de terrorismo, narcotráfico y otros graves delitos, será una realidad. Se cumple así una de las promesas electorales con las que el Partido Popular consiguió una holgada mayoría absoluta en las últimas elecciones generales y una demanda del conjunto de los ciudadanos españoles que, a menudo, suelen escandalizarse al ver cómo peligrosos delincuentes con graves delitos en su «curriculum» apenas cumplen una parte mínima de las condenas que les han sido impuestas por los jueces. El anteproyecto de ley que dará luz verde el consejo de ministros de la próxima semana, prevé varios aspectos importantes. Entre ellos cabe destacar que los jueces cuando concedan los beneficios penitenciariosa este tipo de presos, tendrán que computar obligatoriamente el total de la pena impuesta y no como hasta ahora, que podían calcular opcionalmente esos beneficios sobre los 30 años de cumplimiento máximo de una condena. Es verdad, como dice el ministro de Justicia, José María Michaila, que este endurecimiento de las leyes pretende cerrar los espacios de impunidad y también lo es que con leyes ingenuas es imposible acabar con la banda terrorista ETA. La experiencia nos ha demostrado en multitud de ocasiones que es muy raro que un terrorista se rehabilite y hemos visto muchos casos donde con la concesión del tercer grado penitenciario se excarcela de facto a etarras condenados a cientos de años que vuelven a delinquir. Si con esta reforma legal se evitan casos como estos que provocan una gran alarma social entre los ciudadanos, bienvenida sea aunque haya tardado tanto tiempo en materializarse. Por otro lado, tal vez el aspecto más novedoso de la reforma en cuestión se refiere a los condenados por delitos de malversación de fondos públicos. Con esta nueva medida que pretende el Gobierno los «roldanes y compañía» no podrán acceder al régimen abierto carcelario si no devuelven el dinero robado. Algo que ha sido históricamente demandado por el conjunto de los ciudadanos en este tipo de escándalos públicos. Así pues, independientemente de las críticas que el asunto haya suscitado en la oposición, la medida es oportuna y necesaria. Si además es consensuada en el Parlamento y se aplica cuanto antes... pues miel sobre hojuelas.