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Rajoy y Zapatero intensifican su batalla política a causa de la catástrofe ecológica del «Prestige»

Publicado por
León

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Gobierno y PSOE escenificaron este domingo un nuevo capítulo de la batalla política que dirimen desde la catástrofe del Prestige. Esta vez, el escenario elegido para cruzarse acusaciones y responsabilidades fue el Congreso de los Diputados sino los medios de comunicación. El vicepresidente primero del Gobierno y líder del gabinete de crisis, Mariano Rajoy, eligió el diario ABC para «jurar» por su «honor» que siempre ha dicho la verdad en este asunto, mientras que el secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero, aseguró en El País que esta tragedia ha obligado a su partido a estar preparado «ya» para gobernar con todas las garantías. Rajoy confiesa en la entrevista que «nunca» en su vida política había observado tanta «saña» en un partido como la empleada, a su juicio, por el PSOE, a raíz de la crisis del Prestige, para «pasar facturas ciertas o imaginadas y tumbar al Gobierno». Según el número dos del Ejecutivo, los socialistas, que utilizaron incluso «la mentira para triturar al adversario», han demostrado «demasiada ansiedad por lograr el poder». Con la conciencia tranquila por el trabajo y esfuerzo realizados, el vicepresidente lamenta que a sólo cien metros de su casa en Galicia, cincuenta radicales le insultasen llamándole «español, como ocurre en el País Vasco». Y achaca en gran parte este problema a los socialistas con el siguiente argumento: «cuando ejerce de radical uno que no lo es, siempre le ganan por la mano los que de verdad lo son. Y eso es lo que ha pasado al PSOE, quien ha ejercido lo que no es y le han superado otros». «Fraga, fuerte» Tras defender al presidente de honor del PP y de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, de quien dijo que «ha superado dos mociones de censura y una embestida política tremenda y ahí está, con una fuerza que otros más jóvenes no tendrían», Rajoy se centró en el futuro de su partido. Aparentemente, Rajoy está seguro de que el Prestige no pasará mucha factura porque el «PP es un partido acostumbrado a la adversidad, ha perdido muchas elecciones y esta situación ha servido para la solidaridad interna». Tras el Prestige, «sólo he recibido muestras de solidaridad», remarcó. Por su parte, Zapatero estimó que en esta crisis no han fallado el Estado ni la política sino el Gobierno, que en su «permanente afán de responsabilizarse del país intenta extender al conjunto de su política el malestar de la gente».