El PP exhibe la fiscalidad como arma para llevar a Mañueco y Casado al poder
El líder nacional promete ejecutar las infraestructuras paradas en León si el impulso de las elecciones en la comunidad le da el Gobierno
León queda como el lugar en el que el PP se conjuró para poder recuperar el poder. Si Pablo Casado llega a La Moncloa en el horizonte de diciembre de 2023, se recordará que la estrategia de los populares comenzó en el congreso autonómico de enero de 2022. La cita del Palacio de Exposiciones de la capital leonesa armó el plan con el que, a partir de las elecciones del 13 de febrero en la comunidad, los populares percutirán para desgastar al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Las recetas, probadas ya en mayo del pasado año en Madrid por Isabel Díaz Ayuso, las exhibió ayer Alfonso Fernández Mañueco en el avance de un programa electoral que se centrará en la fiscalidad, con bajadas de impuestos y ayudas a las familias y los autónomos, y la configuración de un relato en el que, más allá de las fronteras que garantizan las mayorías suficientes del PP, la unidad de España queda condenada a vivir pendiente de los enemigos extramuros que laten en el «sanchismo».
Como ya lo fue Madrid, como será después Andalucía, las elecciones del 13 de febrero trascienden para el PP la barrera territorial para hablar de La Moncloa. Todos los discursos en el fin de semana giraron sobre la incidencia que el Gobierno tiene en la comunidad. Fernández Mañueco, revalidado como presidente del partido con el apoyo del 98,26% de los compromisarios, apenas con una veintena de votos en blanco, insistió en que Castilla y León «va a pararla los pies a Sánchez» para que no «traiga sus políticas y su juego de tronos aquí». Instalado en el guion marcado por la dirección de Génova, el salmantino avanzó que su partido va a «implantar un cheque bebé de ayuda directa por nacimientos». Pese a que se trata de «la comunidad autónoma con una política fiscal más favorable para la familia, como dice el consejo de economistas de España», el líder del PP comprometió que van a «seguir bajando los impuestos». Los populares, comprometió, reducirán «el IRPF en el tramo autonómico» y crearán «nuevas deducciones por vivir en municipios en riesgos de despoblación o por tener que trasladarse a un municipio en riesgo de despoblación», según recalcó, a la vez que expuso que duplicarán «las ayudas a los autónomos en la tarifa plana reducida y, especialmente, en el mundo rural».
No se quedó ahí. Fernández Mañueco apuntó que crearán «un fondo especial de 20 millones para que los ayuntamientos puedan apostar por la creación de empleo protegiendo el patrimonio y el medio ambiente», además de que legislarán para que la comunidad cuente con una «ley de desarrollo y competitividad rural con nuevos beneficios fiscales, con medidas de apoyo para empresarios, para que haya un internet del siglo XXI, para seguir consolidando los derechos y garantizar los servicios públicos». «Pablo, mira bien a los que aquí estamos porque somos los que vamos a ganar las próximas autonómicas, las municipales y las generales cuando toquen porque te necesitamos todos en La Moncloa», arengó, antes de avisarle de que, entonces, le pedirá «muchas cosas, pero sobre todo tres»: una «financiación autonómica justa», que se «mime al mundo rural» y que se reactiven «las infraestructuras paradas», como «el AVE, las autovías, el corredor Atlántico y los regadíos para aprovechar mejor los recursos».
En campaña
El candidato popular avanzó que rebajará el tramo autonómico del IRPF y creará un cheque bebé
El testigo del discurso lo cogió Casado con gusto. «Soy castellano y soy leonés. Tengo familia en Matadeón de los Oteros, conozco esta tierra y conozco bien León. Sé lo que hace falta en estas tierras», se lanzó el líder nacional de los populares.
El paisanaje le sirvió al presidente del PP para enganchar la promesa de que «cuando llegue al Gobierno», impulsará «las autovías del Bierzo», en referencia a la AP-76 Ponferrada-Orense, «el palacio de Congresos, la segunda fase del Parador de San Marcos y el Corredor Atlántico». «Como bien dice Alfonso, estamos a tres visitas de Sánchez a esta tierra para ganar la mayoría absoluta», soltó para calentar a los más cerca de un millar de asistentes llamados a portar el mensaje de los populares en los próximos meses por sus pueblos.
A los alcaldes y concejales les prometió para el medio rural «más inversión en tecnología, en fibra y en tarifas planas para los autónomos», y al hilo del estribillo interpretado antes por Fernández Mañueco, avanzó que bajará los impuestos y que habrá fiscalidad discriminada para el entorno rural. «Eso es hacer igualdad entre españoles», sentenció.
Editorial:
La deuda con León, en el compromiso de los discursos como presidentes
Hubo más guiños, Casado lamentó lo ocurrido con la descarbonización en León al incidir en que no piden «abrir nuevos reactores, sino que las comarcas que han tenido que acabar con el carbón reciban lo que se les prometió», y expuso que son «el partido del campo». La apelación le dio pie para explotar el filón del ministro Garzón, a quien explicó que «aquí no hay macrogranjas, hay granjas grandes y granjas pequeñas, pero todas cumplen la normativa». Aun le quedó tiempo para apostillar que no le gusta «lo de la España vacía» porque se trata de «la España llena de oportunidades y de riqueza», y afeó al PSOE que diga que «van a hacer una estrategia de despoblación que no cumplen».
Con el afaoro ganado, dejó un vaticionio. «León dio un mal presidente a España», ironizó sobre Zapatero, «y ahora dará un buen presidente que viene de Matadeón de los Oteros»», prometió a sus militantes en la génesis del camino a La Moncloa que el PP planificó este fin de semana desde León.