Los independentistas exigen a Sánchez que comparezca ya: «El Gobierno podría caer»
Aragonès da una semana al presidente del Gobierno para que asuma responsabilidades por el espionaje catalán
Tras varios días de amenazas, el presidente de la Generalitat convirtió ayer los avisos en un ultimátum a Pedro Sánchez para que antes de una semana dé explicaciones y asuma alguna responsabilidad en el caso de espionaje a una sesentena de dirigentes independentistas. Hablar de responsabilidades «en los próximos días, en la próxima semana», dijo ayer, es que «tendremos que ver renuncias», es decir ceses, según señaló el dirigente republicano a las agencias AP y AFP.
Aragonès pide alguna cabeza (no aún la de Sánchez como los dirigentes de Junts), lo que aumenta la presión para que el Gobierno mueva alguna ficha. El independentismo ha conseguido internacionalizar el caso de los espionajes, hasta el punto que The Washington Post (el del Watergate, según celebraron algunos soberanistas) dedicó ayer su editorial al ‘catalangate’, que ha estallado en un momento en que el secesionismo se sentía ninguneado por la Moncloa, a pesar de que los votos de ERC son fundamentales para la estabilidad parlamentaria del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
Aragonès, que apunta directamente al CNI, da una semana de plazo, que coincide con un primer escollo para el Gobierno central como es la votación del jueves próximo en el Congreso, que abordará el decreto de las medidas propuestas por el Ejecutivo para tratar de mitigar los efectos económicos de la guerra en Ucrania. Los trece diputados de ERC vuelven a tener la llave de una votación en el Parlamento.
En el horizonte, hay más votaciones, como la ley mordaza, la de memoria democrática, la audiovisual, la de vivienda y la del solo sí es sí. Si no se depuran responsabilidades, el «Gobierno podría llegar a caer —advirtió Aragonès el jueves por la noche en RTVE—. Va a ser muy difícil mantener la colaboración parlamentaria».
En la filas republicanas recuerdan que no les tembló el pulso para tumbar la reforma laboral o en la anterior legislatura no apoyar los Presupuestos, lo que provocó el adelanto electoral. Aragonès, no obstante, no quiere precipitarse, pues está en juego la mesa de diálogo, la apuesta central de su mandato, y el compromiso de los republicanos con el bloque progresista. Su deseo es celebrar un encuentro cara a cara con Sánchez del que, de momento no hay noticia. El presidente del Gobierno, de hecho, ha evitado hasta ahora pronunciarse sobre esta crisis, a pesar de que ayer asistió al acto de entrega del Premio Cervantes y podría haber aprovechado para exponer su punto de vista.
El PP reclamó ayer la constitución en el Congreso de la comisión de secretos oficiales, que no se reúne desde marzo de 2019, para «despejar cualquier duda» por el supuesto espionaje a móviles de cargos independentistas. La secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, reconoció que «sería bueno, sobre todo por el momento de incertidumbre que se vive.