El Supremo concedió permiso al CNI para espiar con Pegasus en Cataluña
Inteligencia alegó «indicios sólidos» de que los servicios rusos estaban detrás del ‘procés’
El Centro Nacional de Inteligencia solicitó y obtuvo el permiso del Tribunal Supremo en otoño de 2019 para espiar con Pegasus a líderes y destacados activistas de Tsunamic Democràtic, la misteriosa plataforma creada en septiembre de ese año en vísperas de conocerse la sentencia del ‘procés’ y que los servicios de inteligencia sospechaban que estaba detrás de los graves incidentes que se desataron después de que en octubre de ese año se conociera el fallo que condenaba a cárcel a nueve de los doce políticos independentistas que se sentaron en el banquillo.
Según han revelado fuentes cercanas a la seguridad del Estado, esta es la principal conclusión de la investigación interna puesta en marcha por el propio CNI después de que la pasada semana Citizen Lab destapara una supuesta trama de espionaje masivo a 61 políticos catalanes y vascos usando el malware israelí entre 2017 y 2020.
Esa investigación interna —apuntan estas mismas fuentes— descarta por completo que ese espionaje fuera «masivo y político», ya que se centró en una veintena de activistas de Tsunami, entre ellos sus máximos responsables y personas directamente involucradas en el que quizás fue el acto de protesta más importante y peligroso: el intento de asalto el 14 de octubre de 2019 del Aeropuerto de El Prat-Josep Tarradellas después de un llamamiento de la plataforma a través de Telegram y Twitter. Aquella acción acabó con graves incidentes y, aunque los manifestantes no lograron tomar el aeródromo ni llegar a las pistas, sí que consiguieron la cancelación de un centenar de vuelos.
«Tenemos unos servicios de inteligencia y de información realmente eficaces y no dude que terminaremos sabiendo quién está detrás» de Tsunami, ya adelantó el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, solo horas después del intento de asalto del aeródromo de Barcelona.
Esta misma plataforma estuvo detrás de los cortes de carretera del 11 y 12 de noviembre de 2019 en la AP-7, en las cercanías de La Junquera, y las marcha lenta en la AP-8, en las proximidades de Behobia, que durante horas mantuvieron prácticamente interrumpido el tráfico de mercancías entre en España y Francia.
«Injerencias» rusas
Siempre de acuerdo con fuentes de la seguridad del Estado, la gravedad de aquellas acciones, la sofisticación de los sistemas tecnológicos usados para las convocatorias y los «indicios sólidos» de que los servicios de inteligencias rusos estaban «realizando injerencias» en esta crisis alentada por Tsunami fueron los que impulsaron al CNI a pedir el aval del Supremo para usar Pegasus para hackear los smartphone de los activistas de ese colectivo e informáticos de la plataforma.
Los servicios secretos informaron de los resultados de aquella investigación sobre Tsunami a Moncloa, que desde un principio estuvo al tanto de que el CNI se había involucrado en espionaje a la plataforma, dada la «grave amenaza» que para la seguridad nacional conllevaban sus sabotajes y protestas.
«CNI catalán»
Al margen del Tsunami Democràtic, el otro colectivo independentista que el CNI puso en su punto de mira y que espió en otoño de 2019 fueron los CDR y en particular los autodenominados ‘Equipos de Respuesta Táctica’, varios de cuyos miembros fueron detenidos en septiembre de ese año y que fueron acusados de terrorismo. Las investigaciones de la Guardia Civil, según recoge el sumario, desvelaron contactos de los arrestados con supuestos miembros de lo que se dio en conocer como el «CNI catalán», que era el objetivo final del espionaje de los servicios secretos españoles, apuntan fuentes conocedoras de aquellos seguimientos. La directora del CNI, Paz Esteban, quiere presentar las conclusiones de esta investigación interna en la comisión de secretos oficiales.