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EL EMÉRITO YA ESTÁ EN ESPAÑA

Juan Carlos I regresa tras 655 días de 'exilio' y en medio de una polémica que parte al Gobierno

El rey Juan Carlos saluda al llegar en Sanxenxo (Pontevedra) a casa de su amigo íntimo y anfitrión Pedro Campos. Juan Carlos I, que para contestar ha dibujado un "ok" conectando el pulgar y el índice formando un círculo. LAVANDEIRA JR

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Ramón Gorriarán | Colpisa

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A las 19:13 horas, y con más movilidad de la esperada, el rey emérito bajó despacio pero por su propio pie las escalerillas del avión que le trajo ayer desde Abu Dabi a Vigo 655 días después de haber hecho el viaje en sentido contrario. Una imagen que parecía calculada al milímetro para dar fe de su estado de salud. Se abrazó con su hija, la infanta Elena, y su amigo y anfitrión en Sanxenxo, Pedro Campos, en cuyo automóvil se desplazó hasta su casa, no sin antes saludar con la mano a los periodistas, y a los cientos de vecinos que agolparon en la carretera.

Pasó la noche en "plan familiar" y mañana "saldrá a la mar seguro", explicó Campos. Si participa en la regata dependerá, dijo en declaraciones a La Sexta, de cómo se encuentre y el estado del campo de regatas. Lo que sí está planificado es que hoy a las 11.30 horas comparecerá en el club náutico de Sanxenxo para dar un "saludo extenso" ante los medios de comunicación. No está previsto que haya preguntas.

Si es verdad que el exjefe del Estado quería "privacidad" para su retorno a España no lo consiguió en absoluto. Su llegada fue un espectáculo transmitido por las televisiones en directo. El acuerdo de discreción alcanzado por la Casa del Rey, el Gobierno y el entorno del rey emérito saltó por los aires. "Hace lo que le da la gana", comentó una fuente cercana a la Zarzuela. La relación entre la Casa del Rey y el círculo más cercano al exjefe del Estado es tensa, y el emérito solo habla con su hijo, apuntaron fuentes conocedoras de esas relaciones. Las imágenes de ayer no hicieron más que acrecentar el malestar en la Zarzuela y la Moncloa.

El plan de la visita solo tiene confirmado que hasta el domingo estará en las regatas en Sanxenxo con sus amigos, y que ese mismo día se desplazará a Madrid. Se ignora hasta el momento donde se alojará en la capital una vez descartado que vaya a dormir en la Zarzuela, como era su intención. El lunes, no se sabe en qué formato, se reunirá con el rey Felipe VI, con su esposa, la reina Sofía, recién llegada de Miami, y el resto de miembros de la Familia Real, sin especificar quiénes, según el comunicado difundido a última hora del miércoles por la Casa del Rey.

Grieta entre PSOE y PP

La visita ha tenido además efectos colaterales y ha abierto una grieta entre PSOE y PP. Los partidos mayoritarios han ido siempre de la mano y han sido firmes baluartes de la monarquía parlamentaria desde los albores de la Transición. Pero la visita a Sanxenxo ha dividido las aguas. Los populares creen que los socialistas no tienen por qué pedir explicaciones a Juan Carlos de Borbón porque es un ciudadano "libre" que puede "venir a su país cuando lo considere oportuno" sin tener que justificarlo. Su portavoz en el Congreso señaló que "en lo que afecta a su vida privada, es él quien tiene que tomar sus decisiones" sin rendir cuentas a nadie. "Eso -subrayó Cuca Gamarra- es algo muy básico que debiera de respetar el Gobierno".

La también secretaria general del PP lamentó que los socialistas hayan actuado con tibieza ante los embates de sus socios de coalición gubernamental. En definitiva, resumió, "no hay institución que deje viva este Gobierno" porque "si no es una parte" del Ejecutivo, es la "otra". "Al final -remató- todo lo que hacen debilita las estructuras y las instituciones de nuestro Estado".

La número dos del PP respondía de esta manera a las demandas de explicaciones hechas con mayor o menor énfasis desde el Gobierno. Ayer mismo la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, insistió en que "todos los ciudadanos españoles merecen una explicación". En el PSOE sostienen que esas aclaraciones contribuirían a fortalecer la Corona como ejercicio de transparencia.

Pero más contundente fue la ministra y líder de Podemos, Ione Belarra, para la que el rey emérito "solo debería volver a España para rendir cuentas ante la justicia". Una respuesta que tampoco agradó en el sector socialista del Ejecutivo porque el exjefe del Estado no tiene abierta ninguna causa judicial en España.

En marzo pasado, se archivaron las causas prejudiciales abiertas sobre su patrimonio en el extranjero pero en los decretos de archivo el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, concluyó que sí había indicios de delitos fiscales, de blanqueo de capitales y de cohecho, aunque en algunos casos hubieran prescrito y en otros no fueran perseguibles porque se cometieron antes de 2014, cuando el emérito aún era Rey y gozaba de inviolabilidad. Don Juan Carlos pagó a Hacienda cinco millones de euros en sendas regularizaciones fiscales entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 por ingresos no declarados entre 2016 y 2018.