Pedro Sánchez y Aragonès se ven las caras sin fecha para su reunión ni para la mesa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, coincidirán mañana en Barcelona, en un acto empresarial organizado por la patronal Pimec. Sánchez y Aragonès vuelven verse cara a cara casi dos meses después de su último encuentro, también en la Ciudad Condal y muy breve, en el que el dirigente de Esquerra urgió a su interlocutor a cerrar una reunión para tratar de reconducir las relaciones entre las dos administraciones, casi rotas tras el estallido del caso Pegasus.
El encuentro privado entre ambos aún no tiene fecha, pero los dos gobiernos se han comprometido a celebrarlo antes del inicio de las vacaciones de verano, según acordaron el ministro Félix Bolaños y la consejera Laura Vilagrà en una reunión en la Moncloa la semana pasada. La ‘operación deshielo’ está en marcha. Después del batacazo electoral en Andalucía, Pedro Sánchez trata de amarrar a los socios de la legislatura para encarar el tramo final de su mandato y poder aprobar unos últimos Presupuestos. El Govern intenta desbloquear la mesa de diálogo y obtener réditos que justifiquen, ante el electorado independentista más escéptico, su apuesta por el diálogo y la mano tendida con el PSOE.
La «agenda antirrepresiva»
Aragonès se resiste a enterrar la vía dialogada, pues supondría admitir el fracaso de la estrategia republicana y dar la razón a los de Puigdemont, que insisten en finiquitar la mesa (en la que se niegan a participar). Los socialistas catalanes sitúan la próxima reunión de ese foro en torno al mes de septiembre. Sería un año después de la cita anterior.
Sánchez y Aragonès se ven un año después de que el Gobierno concediera los indultos a los nueve presos del ‘procés’.