Las víctimas del Alvia exigen luz y justicia 9 años después del accidente
Las familias de los 81 fallecidos se concentraron en Santiago para exigir responsabilidades
Las víctimas del accidente del tren Alvia que el 24 de julio de 2013 descarriló en la curva de A Grandeira, a la altura del barrio compostelano de Angrois, se concentraron ayer en la capital gallega para, pasados nueve años de aquel infierno, volver a demandar «luz, verdad y justicia». En la hoy renovada estación ferroviaria que ese tren híbrido no llegó a pisar, dio inicio, cuando el reloj marcaba las 11.30 horas, esta nueva marcha reivindicativa, con pancartas en las que exigían responsabilidades y el recuerdo de las ocho decenas de muertos y 140 heridos, el saldo de un crudo accidente con topetazo, llanto y destrucción que terminó definitivamente con muchos sueños y truncó otros.
A la una de la tarde, en el Obradoiro, meta de la protesta, hubo una concentración en la que Juan Sierra, que perdió en esa tragedia en las vías a su hermano Manuel, quiso dar lectura a un manifiesto en el que, con la vista puesta en el juicio penal cuyo comienzo está previsto para octubre, los afectados subrayan que «el año que viene tendremos una sentencia, pero no sabemos si justicia».
La argumentación no es baladí: «Algunas víctimas y familiares han fallecido a lo largo de estos años. Para ellos nunca habrá justicia». Este ha sido uno de los mensajes más potentes en esta víspera del Día de Galicia. Lo último que el profesor vallisoletano Manuel, de 40 años, envió desde el asiento en el que viajaba tan tranquilo era un alegre texto en el que hacía saber que estaba llegando a Santiago. En esa ciudad en fiestas había quedado con amigos.
Juan, que sigue teniéndolo presente cada día y que ha estado en cada una de las manifestaciones que se convocan anualmente, usó su voz para expresar el sentir común, de que «gobiernos, políticos e instituciones también han descarrilado estos años».
Argumento que en 2016 «la UE concluyó en su informe que el Gobierno no había cumplido con su obligación de investigar por falta de independencia y por no analizar las causas que afectan a Fomento, Renfe y Adif», y no fue atendido. «Dice muy poco de nuestras instituciones que aún no se haya puesto en marcha esa investigación. No lo han hecho ni los gobiernos del PP, ni del PSOE, ni el de este último en coalición con Podemos, pese al apoyo inicial y el posterior silencio».
«Pero nosotros no nos vamos a callar y no dejaremos de luchar hasta el final para que se haga justicia, se conozca toda la verdad, se asuman responsabilidades y se nos pida perdón por el trato recibido», arengó.
A la segoviana Cristina Liras le falta «lo más preciado», su hijo Javier García, Curro, cuya existencia se esfumó a los 27. Amante confeso de los animales, el joven tenía un futuro prometedor como veterinario. Su padre Javier García, con el que el chico compartía nombre y que llegó a enviar una emotiva carta a los magistrados, es incondicional de esta lucha. Se arrepiente de haber dedicado demasiado tiempo al trabajo y menos a la familia.
A su compañera Cristina las fuerzas no le fallan. «Las decepciones son tremendas. Comprobar que la vida de las personas no importa es lo peor. Pero tendremos fuerzas hasta el final», dijo. «No estamos enterrados, como enterramos a los nuestros», advirtió.
No están olvidados; están muy presentes , fue uno de las cánticos más repetidos, junto al de Pastor, Blanco, responsables para cuándo , por los que fueron ministros de Fomento, Ana Pastor y José Blanco.
Jesús Domínguez, portavoz de la plataforma 04155, numeración del tren híbrido que chocó cuando estaba a punto de alcanzar su destino, lamentó que el día de hoy «en vez de en memoria y recuerdo», tenga que seguir siendo empleado para pedir responsabilidades.
«Debemos seguir concentrándonos y reivindicando», aseguró, aunque al menos en otoño comenzará la vista oral. No obstante, ahondó, respecto al fallo, cuando llegue ese momento, «la esperanza no la perdemos, pero tenemos que decir que dice muy poco que esa investigación técnica independiente no esté incorporada».
Los únicos imputados en la causa son el maquinista, Francisco José Garzón Amo, y un exdirector de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte. Las familias de las que ya no están reclaman, al margen de este proceso, esa investigación técnica independiente, la misma exigida por la Unión Europea.
Los afectados tuvieron ayer el apoyo del BNG, con el diputado en el Congreso Néstor Rego y la eurodiputada Ana Miranda. Ambos anunciaron que no se van a callar y que en el aniversario del año que viene habrá en el Parlamento Europeo una conferencia sobre seguridad ferroviaria y la gente del 04155 tendrá un papel preponderante. También de políticos de Podemos y de Compostela Aberta. La del Alvia 04155 es la historia de un drama con demasiados nombres propios.