El G7 pone tope al precio del crudo ruso y la CE pide actuar
Los conatos de intervención de las instituciones internacionales para atajar la crisis de precios energéticos siguen sucediéndose después de varias semanas de costes en récord y a las puertas de un invierno que se antoja muy complicado. Los países del G7 llegaron ayer a un acuerdo para instaurar una limitación de precios al petróleo ruso y otros derivados.
La limitación de precios se realizará de forma efectiva mediante una prohibición generalizada de prestar servicios que permitan el transporte marítimo de estos productos de origen ruso. Únicamente se permitirá proveer servicios de transporte si el petróleo y los derivados se compran a un precio igual o menor al fijado por la coalición.
El club de países asegura que esta medida está «específicamente diseñada» para reducir los ingresos de Rusia y su capacidad de financiar la guerra al tiempo que limita el impacto en los precios globales de energía.
Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, entre marzo y julio Rusia ingresó 95.000 millones de dólares (94.870 millones de euros) de sus exportaciones de petróleo y gas solo a la UE, casi el doble que en años anteriores.
El anuncio del G7 llega apenas tres días después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anticipara la necesidad de una «intervención urgente» en el mercado eléctrico comunitario. Y ayer, el presidente del Consejo Europeo criticó a la Comisión por no haber intervenido antes.