Los socios amagan con un jaque a Sánchez en víspera del debate de los Presupuestos
El Gobierno confía en desactivar las amenazas de PNV y ERC antes de que se cierre el plazo de enmiendas a la totalidad
La cuenta atrás para asegurar que los Presupuestos Generales del Estado superarán la semana que viene su primer filtro parlamentario está en marcha y la espada de Damocles pende sobre la cabeza del Gobierno. Conscientes de que esta será su última oportunidad para apretarle las tuercas antes de unas elecciones municipales en las que tienen mucho en juego, socios como ERC, el PNV y Bildu se resisten a renunciar a la amenaza de una enmienda a la totalidad. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró ayer que la conversaciones «van bien» y expresó su «esperanza» en que la sangre no llegue finalmente al rio, pero se cuidó mucho de dar nada por sentado.
La cautela de la principal responsable de la cuentas públicas pretendia, fundamentalmente, no herir susceptibilidades. Sus aliados necesitan trasladar el mensaje de que su apoyo no es gratuito, sobre todo, en un escenario de altísima competencia interna. Esquerra se enfrenta al marcaje de Junts que, entre otras cosas, justificó su salida de la Generalitat en la tibieza de los republicanos. El PNV, que molesto por el incumplimiento del calendario de transferencias pactado llegó a abrir una consulta a los simpatizantes sobre la conveniencia de continuar apoyando a Pedro Sánchez, rivaliza con Bildu por aparecer ante los electores como el gran conseguidor de los vascos.
Que los tres partidos coincidan este viernes antes de las 14:00 horas, cuando se cierra el Registro del Congreso, en la presentación de una enmienda de devolución de los Presupuestos es improbable. Pero de hacerlo la situación sería para el Gobierno de extrema gravedad porque sus votos, sumados a los de los partidos que ya en años precedentes rechazaron el proyecto gubernamental (el PP, Vox, Cs, Foro Asturias, UPN, Junts, CUP) bastarían para tumbarlo y poner en jaque el deseo de Sánchez de alargar la legislatura hasta el límite de lo posible, en diciembre de 2023. Incluso si Bildu permaneciera fuera de la ecuación, los números darían para revolucionar la situación.
En el Ejecutivo insisten en que los Presupuestos prosperen van en el interés de todos. «Es difícil presentar una enmienda de totalidad a estas cuentas; seis de cada diez euros van a medidas sociales, becas, transporte gratuito, incremento de las pensiones, del salario de los funcionarios... Estamos hablando de las cosas de comer y espero que todas las fuerzas progresistas las apoyen» esgrimió la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, en la Ser.
En medio de una crisis como la actual, el argumento es poderoso, sobre todo para quienes están al frente de gobiernos autonómicos. El propio presidente catalán, Pere Aragonès, recurrió hoy a planteamientos similares para pedir que no se bloqueen los Presupuestos de la Generalitat. Pero los socios de Sánchez advierten de que la cosa no va solo de las «cosas de comer».
Los vascos insisten en las transferencias y los catalanes están obligados a combatir dos ideas para contrarrestar los ataques de Junts o la CUP, la de que su apuesta por el diálogo no ha dado el más mínimo fruto y la de que el Gobierno torea a Cataluña con una ejecución presupuestaria mucho más baja de lo prometido. Alcanzar un compromiso sobre lo primero es más sencillo que hacerlo sobre lo segundo y más en pleno periodo electoral. ERC lleva días advirtiendo de que hay que dar una solución a quienes aún se enfrentan a las causas del ‘procés’ y presiona para que el Ejecutivo se avenga a una reforma del Código Penal que afecte al delito de sedición.
En Moncloa replican que siempre han estado abiertos a «homologar» la legislación a la de países de nuestro entorno que no contemplan penas tan altas para actuaciones como las protagonizadas por los actores del 1-O, pero rechazan vincular ese debate con la negociación de las cuentas.
Ese es, en estos momentos, el principal escollo. Aun así, el el portavoz republicano, Gabriel Rufián, evitó ayer mismo mencionarlo explícitamente al intentar rebatir informaciones que apuntaban a que el Ejecutivo puede contar ya con su luz verde.. «El PSOE sigue sin cumplir con sus propios compromisos», escribió en Twitter.
«A Esquerra —añadió— no se le presiona con titulares que no se ajustan a la realidad».