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El pulso por el Constitucional alcanza hasta su presidencia

Publicado por
León

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El ya descarnado duelo político que libra el Gobierno de Pedro Sánchez con el PP por proyectar al tercer poder del Estado —el Judicial— la mayoría progresista que hoy gobierna en la Moncloa y que, a trancas y barrancas, legisla en el Congreso alcanza ya de lleno no sólo al Tribunal Constitucional, sino también a su presidencia. O más bien cabría decir, incluso, que el nombre de quien sustituya a Pedro González-Trevijano, con su mandato ya vencido, al frente de la corte que vela por la Carta Magna emerge en el trasfondo del golpe de mano protagonizado por Sánchez cambiando la ley para forzar la renovación del TC y tratar de decantarlo hacia una magistratura afín.

La guerra política y ese polvorín de intrigas que es el Consejo General del Poder Judicial se proyectan ya en el singular tribunal de Domenico Scarlatti, donde aspiran a la presidencia dos progresistas hoy en pugna: el exfiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer.

La maniobra propulsada d esde la Monclo y ejecutada por los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos para cambiar de forma fulgurante las leyes del Poder Judicial y del Constitucional, con la justificación de salvar a la justicia del «secuestro» a que la somete el PP, persigue rebajar a mayoría simple los tres quintos exigidos ahora al CGPJ para elegir a los magistrados del TC, acelerar los nombramientos bajo amenaza penal para los vocales díscolos y despojar a la corte de garantías de su facultad para evaluar la idoneidad de las dos designaciones que competen al propio Gobierno. Y esas enmiendas exprés que intervienen en el marco regulador del órgano de gobierno de los jueces y del máximo intérprete de la Constitución resumen el estado de un pulso que se despliega en varios campos de batalla paralelos y que alcanza ya de lleno a la futura presidencia del TC.

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