«El 35% de puestos directivos del BBVA lo ocuparán mujeres el año que viene»
Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, considera que la evolución de la economía no está siendo tan frágil como se esperaba, al menos en el final de 2022 y en este inicio de año. El ejecutivo admite que existe un contexto de «elevada incertidumbre» en la economía mundial, aunque también apunta que «los datos recientes están viniendo mejores de lo que se esperaba». Señala retos como comprobar «cómo se desenvuelven los efectos de segunda ronda de inflación» y si esa situación puede llevar a mayores subidas de tipos de interés o más tensiones financieras. «Podríamos ver un 2023 de menos a más a medida que se disipan las incertidumbres», destaca en esta entrevista.
—El año pasado hablábamos de los retos que tenía BBVA para 2022. Cerrado el año, ¿qué balance hace del ejercicio?
—Ha sido de mayor dificultad, incluso de la que esperábamos hace un año, pero el balance para BBVA ha sido un balance muy bueno, por la fortaleza de las franquicias que tenemos en todo el mundo. Y eso nos ha permitido crecer, crecer rentablemente. Hemos añadido más de 11 millones de clientes en todo el mundo. Además, con una satisfacción cada vez mayor por parte de nuestros clientes con el servicio que damos, en todos los países. Y, aunque todavía no hemos presentado las cifras del año completo —lo haremos dentro de un par de semanas—, si miramos las cifras al mes de septiembre, vemos crecimientos muy relevantes en inversión crediticia, creciendo a doble dígito, o el beneficio atribuido, creciendo casi un 50%. Todo esto ha llevado también a una buena evolución de la cotización del banco en Bolsa. En el año hemos aumentado un 15%, teniendo en cuenta los dividendos pagados también, que compara bien con un 2% equivalente para el conjunto de la banca europea. Y si miramos más atrás, en los últimos cuatro años, la evolución ha sido también muy buena, de una revalorización incluyendo dividendos del 65% en el caso de BBVA, que compara con un 35% equivalente de la banca europea o un 5% de la banca española. Y ha sido un año de avances también para la plantilla en 2022. Hemos consolidado el modelo de teletrabajo, un modelo de trabajo híbrido, flexible. Hemos sido una de las primeras empresas en hacerlo. Hemos fijado el objetivo de que un 35% de los puestos directivos los ocupen mujeres ya el año que viene, y hemos tomado medidas para mejorar el poder adquisitivo de la plantilla en todos los países. En el caso de España, con medidas adicionales que mejoran las del acuerdo de subida salarial sectorial.
—¿Y desde el punto de vista estratégico que destacaría del año 2022?
—Ha sido un año de avances significativos también. En el plano estratégico, en algunos temas concretos, como el que hayamos alcanzado un 86% de participación de nuestro banco en Turquía, un mercado estratégico para nosotros; como en temas más estructurales en los dos ejes claros de nuestra estrategia. En el de la innovación, hemos sido pioneros en digitalización y continuamos viendo grandes ventajas que estamos aprovechando de estar al frente de la innovación. Algunos ejemplos serían la compra de una participación relevante en un neobanco en Brasil o la evolución de nuestro banco en Italia, donde contamos ya con más de 160.000 clientes, una evolución que supera claramente las previsiones iniciales que teníamos. La creación de BBVA Spark, la división que da servicios financieros a empresas innovadoras. En definitiva, ha sido un año de avances en el campo estratégico. Antes repasábamos las magnitudes económicas y financieras, que también han sido muy buenas. Y todo esto ha sido gracias a la labor del gran equipo que compone BBVA. Gracias a su esfuerzo, gracias a su talento y a su dedicación. Y me gustaría agradecer a todos la forma en la que hacen las cosas, siempre guiadas por el propósito y los valores del banco. Me gustaría agradecer su compromiso, su espíritu de servicio al cliente, su espíritu de trabajo en equipo, que ha sido muy importante para conseguir todos estos logros en el año 2022.
—¿En qué punto estamos de la transición hacia una economía descarbonizada?
—La descarbonización es irrenunciable. Pero es un reto de gran magnitud que es posible lograr si conseguimos movilizar los recursos que canalicen las inversiones que permitan que el mundo funcione sin emisiones. Y para eso necesitamos mecanismos y regulación que incentiven esa inversión, sobre todo desde el sector privado. La buena noticia es que estamos viendo ya una ola de innovación espectacular, buscando soluciones a problemas complicados como poder fabricar acero sin emisiones, poder fabricar cemento sin emisiones, poder capturar CO2 del aire y almacenarlo o buscar formas de energía novedosas, distintas: la fusión nuclear y muchos otros campos donde esa innovación, esa ola, está desarrollándose. Por eso BBVA invierte en estos campos y en estas tecnologías a través de fondos de capital riesgo como Lowercarbon o Hy24.
—¿Qué espera para 2023?
—Seguimos en un entorno de elevada incertidumbre. En el frente financiero, tenemos que ver cómo se desenvuelven los efectos de segunda ronda de la inflación, si eso puede llevar también a subidas adicionales de tipos de interés o a mayores tensiones financieras. Y, en el campo de la desigualdad social, que puede ir en aumento en la medida en que los efectos de la inflación son asimétricos: afectan más a los que menos tienen. Dicho todo esto, es verdad que los datos recientes están viniendo mejores de lo que se esperaba. Esperemos que eso continúe, pero no tenemos que bajar la guardia. Los episodios de inflación suelen ser duraderos.