Diario de León

El PP irá por los tibios de Cs y PSOE el 28-M para dar «jaque mate» a Sánchez

Un año después de la salida de Casado, Feijóo ha cosido heridas y reposicionado al partido

Alberto Núñez Feijóo con unas simpatizantes, ayer en Teruel. ANTONIO GARCÍA

Alberto Núñez Feijóo con unas simpatizantes, ayer en Teruel. ANTONIO GARCÍA

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«Las elecciones se ganan dándolas por ganadas o por pérdidas». Ese era el mantra de Manuel Fraga que Alberto Núñez Feijóo y la dirección nacional del PP tienen interiorizado ante el interminable año electoral que acaba de comenzar. «Y nosotros —señalan en el equipo de campaña que dirige Elías Bendodo— preferimos darlas por ganadas». Bajo esa consigna, en el cuartel general de los populares se emplean ya a fondo para que las urnas de mayo sean un «plebiscito» sobre el Gobierno de Pedro Sánchez con el viento demoscópico soplando a su favor y lanzados a por los votantes del PSOE y de Ciudadanos que aún no tienen clara su papeleta para enfilar el camino hacia la Moncloa.

Fue en los comicios del 19 de junio en Andalucía cuando los conservadores atrajeron 150.000 electores socialistas, un 15,6% de votos según el CIS. Con las encuestas internas que maneja ahora, el partido conservador arrebataría el 11% de votantes al PSOE defraudados con el ‘sanchismo’ por sus pactos y cesiones al independentismo, además de por las gravosas consecuencias de la ley del ‘solo sí es sí’, que ha supuesto la rebaja de penas ya a 500 agresores sexuales.

Según la media de los últimos sondeos publicados, los socialistas ven cómo más de 700.000 votos que lograron el 10-N se les escapan ahora y se refugian en el terreno de los populares. «Son gente que en su momento votó a Sánchez y ahora ha encontrado refugio en el PP, un partido que no tiene nada que ver con el extremismo que pretende dibujar el PSOE», apuntan en el equipo de Feijóo, donde constatan que el trasvase de votos es simétrico.

Si por la izquierda ‘roban’ al PSOE el 11% de votos, a la derecha ya alcanzarían el 15% de quienes en 2019 apoyaron a Vox, una cifra cercana a los 550.000 sufragios. Esta horquilla, sin embargo, se reduce hasta el 10% porque pierden un 5% de su electorado más conservador, que ahora votaría al partido de Santiago Abascal.

Desde Ciudadanos

También a favor del PP, Ciudadanos se deja un millón largo de sus votantes de hace tres años (el 40%). De nada ha servido el proceso de refundación, que ha desembocado en un cambio de cúpula, porque los liberales no consiguen frenar la fuga de su electorado. De hecho, si en los comicios de noviembre de 2019 Ciudadanos logró un respaldo de 1.650.000 votantes, ahora solo retendría el 24% y corre el riesgo de que, llegado el momento de acudir a las urnas, el saldo de electores que aún les queda se diluya repartiéndose entre la formación de Feijóo y la abstención. «Somos un partido de encuentro», subrayan en la sede nacional de los populares, donde confían en seguir rascando voto del centro ante el 28-M.

Voto «refugio»

Génova ha decidido jugar sin medias tintas la baza de la moderación y presentarse no solo como la única papeleta útil para provocar un cambio de gobierno en España, sino también como el voto «refugio» contra «extremismos» como hicieron en Andalucía, donde Juanma Moreno logró la mayoría absoluta. Los populares explotarán los efectos de la ley del ‘solo sí es sí’ y de la reforma «a la carta» del Código Penal para seguir desgastando al PSOE y hará de las excarcelaciones de agresores sexuales uno de los ejes de su campaña para mayo, con la que aspiran a teñir de azul el mapa municipal y autonómico. En la cúpula del PP confían en seguir la estela de Mariano Rajoy en 2011 cuando el partido venció en diez de las trece autonomías que se presentaban a las elecciones y conquistó seis de las ciudades más grandes de España (Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga, Zaragoza y Murcia).

El objetivo, insisten, es arrebatar al PSOE el mayor número de gobiernos autonómicos, aunque no esconden que el objetivo está puesto en la Comunidad Valenciana.

En la sede nacional creen que si gobiernan allí y mantienen el poder en Madrid, habrán hecho «jaque mate» a Sánchez. «Si el PP gobierna en Andalucía, en Madrid, en la Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia y Castilla y León... eso no hay quien lo remonte después en las generales», concluyen en el entorno de Feijóo.

A punto de cumplirse un año de la salida traumática de su antecesor, Pablo Casado, el líder gallego le ha dado la vuelta al marcador consiguiendo que el PP se reposicione y «tenga posibilidad de recuperar el Gobierno». «Hemos logrado una remontada demoscópica, anímica e ideológica», señalan desde su equipo. Además de haber logrado reunificar las almas que conviven en el partido para plantar batalla a un Gobierno «calcinado».

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