La sordidez de la trama del Tito Berni erosiona al PSOE en pleno año electoral
Prostitutas, transexuales, orgías, cocaína, amantes, lenguaje soez, doble moral, comilonas...
El PSOE insiste una y otra vez en que la trama del Tito Berni está acotada a un círculo limitado de Canarias. Y que, en modo alguno, la red que dirigía el ya exdiputado canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo es comparable a otros grandes casos de corrupción en el PP o los innumerables sumarios derivados de los audios del comisario José Manuel Villarejo. Pero más allá de las consecuencias judiciales que puedan derivarse de una causa en la que todavía están pendientes de analizar la inmensa mayoría de los más de 150.000 archivos que Marco Antonio Navarro Tacoronte, el mediador, ha entregado a la policía, lo cierto es que la obscenidad extrema de esta trama está erosionando a un PSOE que, en pleno año electoral, va a estar obligado a contemplar la publicación por entregas de un sumario plagado de prostitutas, transexuales, cocaína, viagra, orgías, amantes, lenguaje soez, doble moral, comilonas pagadas por empresarios y grabaciones subrepticias.
El sumario del también conocido como caso Mediador, reconocen en Ferraz y en Moncloa, parece ser el guión malo de una teleserie para atacar desde dentro los principios morales del PSOE. Los socialistas no pueden saber hasta cuándo proseguirá este casposo serial que se va a ir renovando según la jueza de instrucción 4 de Santa Cruz de Tenerife vaya levantando el secreto de nuevos tomos de la operación.
Entretanto, los ingredientes del cóctel son explosivos para los socialistas ya sea en forma de fotos, de audios, de imágenes o de las transcripciones. Nunca antes un sumario judicial sobre corrupción había incluido tanta carga grosera. Sobre todo, contra las mujeres. Y todo en puertas del 8 de marzo.
«Viviendo allí (en Cabo Verde) eres el rey, capitán general, un marajá, con cuatro negras que te la chupen tres veces al día», se jactaba Francisco Espinosa Navas, el general en prisión por su participación en la trama. No es, ni muchísimo menos, la única frase que reproduce ese estilo vulgar y de desprecio a las mujeres. A todas. También a las amantes. El general llamaba a la suya «chocho volador». Y cuando se enteró que ésta le había engañado, pidió un singular favor al mediador de la red encabezada por Tito Berni.
—«¿El propósito del viaje a Canarias, cuál es?», pregunta Navarro al mando de la Guardia Civil en la conversación recogida en el sumario.
— «Mire Antonio, yo quiero ir a follarme el churumbel y tengo que justificar el viaje», le responde el uniformado, en referencia a su intención de mantener un encuentro sexual con un transexual que le había pagado la red.
«Yo llevo pagándole putas a Juan Bernardo cada vez que viene a Madrid todos los días. Mil euros, mil euros, mil euros.», se jactaba en esos tiempos de impunidad el mediador, el mismo que califica a las prostitutas de simple cátering. O que ofrecía el «catálogo» de mujeres para que sus compinches eligieran.
En una conversación reflejada en WhatsApp, Navarro y Tito Berni se sortean las prostitutas de esa noche. «La paraguaya es la que ha estado conmigo. Si no, ésta que es nicaragüense». Apenas unos días después, el 8 de marzo de 2021, el diputado socialista escribía en su Twitter: «No pararemos en la lucha por los Derechos de las Mujeres. Feliz Día de la Mujer».
La doble moral de este parlamentario que votó a favor de suspender la prostitución —los socialistas defienden su abolición— llegó al límite aquella noche cuando volvió a uno de sus clubes de alterne favoritos.
Prostitutas y más prostitutas en orgías también en el hotel que la trama convirtió en su particular lupanar, el Victoria 4 de Madrid, donde se tomaron muchas de las fotografías en las que Navarro, Tito Berni y su sobrino, Taishet Fuentes, montaban sus juergas, consumían ingentes cantidades de alcohol o se dejaban fotografiar esnifando cocaína.
— «Oye, Tai... ¿qué estás haciendo, tío? Ah, te estás metiendo un tiro, vale, vale», pregunta en una ocasión Navarro al sobrino, entonces director general de Ganadería de Canarias, ante el silencio de éste durante la conversación
— «Es que no me aguanto», le responde el ex alto cargo socialista, en referencia a la droga.
La cocaína, ha confesado el mediador, la traían las prostitutas, que, según su testimonio, también llevaban hachís y viagra a los clientes de la trama.
«Tras la visita en el Congreso (los empresarios, el diputado y el mediador) se iban a almorzar y seguían el resto del día de fiesta. En las juergas eran protagonistas el consumo de alcohol y de cocaína, la contratación de prostitutas y el consumo de viagra», recuerdan los atestados, que desvelan la afición de la trama por acabar en el Sombras, el prostíbulo de cabecera de los imputados.
Y todo pagado por los empresarios. «Yo de entrada por ser ellos, 20.000 pavos. Para empezar y corren con todos los gastos a Madrid. Billetes, hoteles en cinco estrellas, todas las comidas, todo. Todo. Para empezar veinte, cinco pa’ti, cinco pa’mí. Cinco pa’putas y lo demás para pagarle yo a la otra gente» (sic). Más claro no podía ser Navarro.
Los mismos empresarios también pagaron la famosa cena en el restaurante Ramsés de Madrid el 21 de octubre de 2020 a la que supuestamente acudieron 15 «personas del Partido Socialista».
«Sólo personas del Partido Socialista», se explicita en el sumario. «No pueden entrar los de Vox, ni Podemos, ni arrastrados catalanes, ni toda esa gente extraña», afirma Navarro Tacoronte, en un audio de WhatsApp remitido a Tito Berni.
Diputados del PSOE supuestamente de cena en plena pandemia pagada por los empresarios que buscaban favores, pero también copas patrocinadas hasta altas horas de la madrugada en un Madrid cerrado. Cuentas de 150, de 180 euros., alcohol premium y jamón gran reserva para los diputados que, según la versión del mediador, se dejaban agasajar. Y mariscadas en Madrid y Canarias, con puro incluido, para que Tito Berni y los suyos celebraran los éxitos.
Una vida de despilfarros. Y es que el dinero aparece por doquier en el sumario, en fotos y en referencias. Billetes de todos los colores agrupados en mazos y fotografiados con orgullo por la propia trama. Unas imágenes que son la prueba fehaciente de las mordidas que pagaban los empresarios para acercarse a los políticos socialistas. Unas fotografías que muy probablemente van a seguir filtrándose en un año en el que el PSOE, como el resto del arco político, se juega todo en las urnas.