El presidente ‘interviene’ el Ministerio de Irene Montero
Toda política de cualquier Gobierno recae en los hombros de su presidente. Es Pedro Sánchez quien lidera el «Ejecutivo progresista y feminista» que hace de ambos epítetos su bandera. Pero las peculiaridades del primer Consejo de Ministros de coalición desde la Segunda República han obligado a Sánchez a transitar por el cable en el aire de su pacto con Unidas Podemos calibrando los equilibrios internos en cada paso.
El Ministerio de Igualdad se vistió, desde el principio de la legislatura, con un estatus singular: el líder del PSOE acabó cediéndoselo a sus socios, pese a que a las feministas de toda la vida del partido se les erizó la piel, y tendió luego un cortafuegos que, en paz o en pie de guerra, ha ido blindando a Irene Montero en cada crisis. La número dos de Podemos, la candidata predilecta de los suyos si no mediara una Yolanda Díaz que el martes fue al Congreso a votar, salió vencedora de los pulsos por la ley trans y la del ‘solo sí es sí’, incluso cuando los primeros violadores comenzaron a salir a la calle gracias a las rebajas de penas. Hasta el martes. Hasta que el hombre que dirige el Gobierno ha dicho ‘hasta aquí’. Con una invasión donde más duele —el ministerio convertido en el fortín de Podemos— y cuando más duele: ante el Día de la Mujer.
No hay más que asomarse a las estampas que dejó el pleno, a los rostros de Montero y Ione Belarra, solas, en la bancada azul del Gobierno, para percatarse de la hondura del cisma, por más que los socialistas descarten empujar a los morados hacia la salida.