Diario de León

Los casos Gámez y De los Cobos llevan a Marlaska y el PP a la guerra total

El ministro airea Kitchen para rebatir que la exdirectora compró pisos por 2 millones de euros

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, ayer, en el Congreso. J. C. HIDALGO

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, ayer, en el Congreso. J. C. HIDALGO

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Guerra total con la Guardia Civil de telón de fondo en el Pleno del Congreso. El enfrentamiento desde hace semanas entre el PP y Fernando Grande-Marlaska a cuenta de los casos de corrupción que salpican al instituto armado (sumarios ‘cuarteles’ y ‘mediador’) dio este miércoles un salto cualitativo con la introducción de dos nuevos ingredientes: la dimisión el miércoles de la pasada semana de la ya exdirectora de la Guardia Civil María Gámez por la imputación de su marido en una pieza de los Eres y el varapalo judicial del pasado martes que el Supremo dio al ministro del Interior al declarar ilegal su decisión de cesar en primavera de 2020 al coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de Madrid por no informarle de que había abierto una investigación sobre si la manifestación del 8M de ese año había propiciado la expansión de la covid.

Las inversiones de Roldán

La pregunta de la diputada popular Ana Vázquez sobre los motivos de la dimisión de Gámez fue la que abrió la caja de pandora, aunque hubiera servido cualquier otra excusa. «Reprobado», «autoritario», «arbitrario», «debía de estar dimitido y sentado en una comisión de investigación», espetó al ministro la parlamentaria, antes de acusar a la exdirectora de haberse comprado, en compañía de su marido, cuatro pisos entre 2009 y 2020 valorados en más de millones de euros coincidiendo con el saqueo de los fondos de los ERE, en el que está encausado su cónyuge. «Está a punto de superar en inversiones inmobiliarias a Luis Roldán», se mofó la diputada, en referencia a las informaciones periodísticas que apuntan a que Gámez y su marido, directamente o a través de sus sociedades, habrían adquirido en poco más de una década: un primer inmueble en Madrid, muy cerca de la exclusiva zona de Retiro; un ático de 171 metros en el Paseo Marítimo de Málaga; también en el centro de la capital malagueña otra vivienda de 115 metros; y finalmente en 2020, en plena pandemia y ya con Gámez en la dirección de la Guardia Civil, un cuarto inmueble en Málaga de 84 metros que la dimisionaria escrituró a favor de su hijo.

El PP, en el Pleno, blandió además la foto que, cada vez más, está escociendo en la institución: Gámez, en su despedida por el caso de corrupción que salpica a su marido, acompañada de cuatro de los cinco tenientes generales del cuerpo, máximos responsables uniformados de la institución: el director adjunto operativo, Pablo Salas; el jefe del Mando de Apoyo, Arturo Espejo; el jefe del Mando de Operaciones, Félix Jesús Blázquez; y el jefe del Mando de Personal, Manuel Llamas.

El principal partido de la oposición habló de la foto del «bochorno» y Marlaska contestó que la directora dimitió por «una decencia democrática que ustedes desconocen» y para «guardar el honor de la Guardia Civil».

Y a partir de ahí, pasó al contraataque con Kitchen como ariete, recordando que la cúpula de Interior usó «fondos reservados» para «destruir las pruebas» que implicaban al PP en el caso Gürtel.

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