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Prisión permanente al ‘monstruo de Lardero’ por matar al niño Álex

Almeida llevó a su casa al pequeño desde un parque con engaños y allí lo violó y asfixió

Almeida, el ‘monstruo de Lardero’, en el juicio. FERNANDO DÍAZ

Publicado por
León

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Francisco Javier Almeida ha sido condenado a prisión permanente revisable por el asesinato con alevosía del pequeño Álex, de 9 años, cometido en la localidad riojana de Lardero en octubre de 2020. Así lo ha decidido en su sentencia Fernando Solsona, el magistrado presidente del tribunal del jurado que enjuició el crimen. Ya en su día, el jurado calificó al monstruo de Lardero como culpable del terrible asesinato del menor y también le atribuyó sin duda la comisión por la agresión sexual. Ahora ha sido el magistrado el que ha calificado la condena con la prisión permanente revisable por el delito de asesinato y otros 15 años de prisión por un delito de agresión sexual. A Almeida se le impone la prohibición de residir en La Rioja así como comunicarse o aproximarse a los padres y hermano de Álex durante 10 años tras su estancia en la cárcel.

En la sentencia por el asesinato y violación de Álex, de más de 200 páginas, se considera probado que el 28 de octubre de 2020, Almeida llevó a su casa mediante engaño a Álex cuando se encontraba en la calle disfrazado y jugando con otros niños. Una vez en su casa le agredió sexualmente y le provocó la muerte por asfixia. El condenado, con el cuerpo sin vida de Álex en brazos, fue sorprendido, por un vecino y por efectivos de la policía, en las escaleras del mismo inmueble donde cometió el crimen, cuando trataba de deshacerse del cuerpo. La violencia empleada por el condenado contra su víctima, dice el juez, «fue extrema y brutal».

La sentencia también reconoce el derecho de los padres de recibir una indemnización en concepto de responsabilidad civil de 300.000 euros para cada uno de los progenitores y 60.000 para el hermano, a pesar de la insolvencia declarada por el condenado.

Así, la resolución judicial manifiesta, en palabras de Solsona, que «cualquier cifra en la que podríamos pensar, nunca podría compensar el daño causado. En un caso tan atroz como el presente, utilizar el baremo de los accidentes de tráfico, según nos obliga la ley, para fijar la indemnización se queda muy corto. Álex tenía toda la vida por delante y su muerte ha generado para sus padres una desolación vitalicia e irremediable. Matar a alguien es algo terrible, pues se le quita lo que tiene y lo que puede llegar a tener a lo largo de su vida, pero agredir sexualmente y matar a un niño es algo infinitamente más abyecto, cruel y malvado».