Diario de León

El PP se jacta de haber arrastrado a los socialistas a pactar la «derogación»

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El Partido Popular se está empleando a fondo en desmontar el argumentario del PSOE sobre la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ que se aprobó en el Congreso con la suma de los votos de los diputados del socio mayor del Gobierno y del líder de la oposición. La secretaria general del PP y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, insistió ayer en que la Cámara votó e hizo que saliera adelante el jueves la «derogación» de la reforma del Código Penal que llevaba consigo la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. De este modo, los populares inciden en que la modificación de la norma no responde a cambios técnicos menores, como se esfuerza en trasladar Ferraz, sino a algo de mucho mayor calado, una «derogación» en la práctica de la norma estrella del Ministerio de Igualdad comandado por Irene Montero.

«Es indigno y una falta de respeto a las mujeres que esto que tanto daño ha causado se reduzca a una errata», elevó el listón Gamarra.

Las filas socialistas también explican que la votación conjunta del PP y del PSOE para la reforma del texto no es fruto de un acuerdo de los dos partidos. Los de Pedro Sánchez quieren sacudirse el espectro que muchas veces reaparece y que creen que les hace daño especialmente a ellos: la asimilación de las dos fuerzas políticas del bipartidismo y, en esta ocasión, en una temática tan sensible como el feminismo y los derechos de las mujeres.

Gamarra, ante ello y en un acto en Albacete de respaldo al candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, volvió a rebatir categórica la versión de los socialistas: «Hemos negociado y pactado con el PSOE para cumplir el deseo de la sociedad española».

Como hizo en el pleno del jueves, la secretaria general del PP afeó al presidente del Gobierno que no tuviera «la valentía» de estar en el Congreso de los Diputados para «votar a favor de la derogación de la reforma del Código Penal».

Sánchez estuvo en Doñana, donde se libra otra batalla entre el PP y el PSOE. Para Cuca Gamarra, el presidente «se escondió; fue el gran ausente, pero su ausencia no borra que es el gran responsable». Además, puso en cuestión la autoridad del jefe del Ejecutivo: «A Sánchez le gusta hacer ostentación de poder, pero no tiene poder para cesar y nombrar a los miembros de su Consejo de Ministros». Y amarró como ejemplo que la ministra de Igualdad, Irene Montero, representante también del Gobierno, tomara la palabra en la Cámara para desmarcarse de la reforma de la ley.

Gamarra cargó contra el PSOE por no haber optado por la modificación de la ley en respuesta a la «alarma social» generada, sino «de la mano de las encuestas electorales» que advertían de que esta cuestión les iba a pasar factura en las urnas a los socialistas. Además, constató que la «rectificación» llega casi 200 días después de la entrada en vigor de la ley, en contraste con los cambios del Código Penal que promovió Sánchez porque «se lo exigían sus socios electorales» —la derogación de la sedición y la reforma de la malversación—, que se efectuaron en plazos mucho más cortos, en 39 y 11 días, respectivamente, dijo.

Ahora que el PP se declara vencedor tras apuntarse el tanto de la reforma y de la división de la coalición de Gobierno, el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, aseguró que su partido no derogará la ley del ‘sólo sí es sí’ cuando gobierne, aunque apuntó a una probable reforma del Código Penal en su conjunto tras los «remiendos» efectuados por diferentes ministerios sin una visión de conjunto.

En una entrevista en TVE, González Pons quiso también dejar claro que la reforma socialista que se aprobó con votos del PP no implica modificar el papel determinante que se quiso otorgar al consentimiento. «El consentimiento está exactamente en el centro, como no puede ser de otra forma, en los delitos contra la libertad sexual», afirmó. El dirigente popular lanzó otra puya a propósito de la encuesta del CIS que se conoció el mismo jueves de la votación en el Congreso, llegando a tacharla, por su resultado, de «financiación ilegal del PSOE». «Ya no es cuestión de tomárselo a risa», zanjó.

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