Juan Carlos I: "No tengo ninguna hija secreta"
El rey emérito sale al paso de la supuesta nueva paternidad que se le atribuye en un libro fruto de una relación con una aristócrata
El rey emérito vio alterada ayer su rutinaria agenda en Abu Dabi, a donde regresó el martes después de una visita de unos días a España -primero en Sanxenxo y luego en Vitoria-, por una noticia que en España corrió como la pólvora desde primera hora de la mañana. La prepublicación de un libro en El Confidencial empujó al padre de Felipe VI a desmentir que tenga una hija secreta , como le atribuyen los autores de 'King Corp, el imperio nunca contado de Juan Carlos I'. Para cuando lo hizo la supuesta paternidad del emérito era ya la comidilla del día. Y la identidad de la supuesta hija hacía ya tiempo que circulaba por las redacciones.
Se llama Alejandra y su boda fue portada de ¡Hola! Los españoles la han visto crecer, enamorarse y hasta formar familia propia -está casada y tiene un hijo- en las páginas de las revistas. Porque Alejandra, que en poco tiempo cumplirá 40 años, es hija de una adinerada familia de la nobleza española. Su padre (al menos el oficial y hasta que se demuestre lo contrario) era conde y su madre (que habría mantenido una relación extramatrimonial con el emérito, siempre según el libro), condesa consorte.
Y ayer Alejandra se convirtió en la mujer más buscada de España porque la prepublicación del libro 'King Corp' la señala como hija secreta del rey emérito. La supuesta revelación, por otra parte, tampoco es nueva: el pasado mes de febrero la periodista Pilar Eyre ya avanzó en una entrevista en televisión la existencia de esta supuesta hija secreta, con datos similares a los que ahora aportan los periodistas José María Olmo y David Fernández.
El rotundo titular con el que se desayunó en El Confidencial no tardó en tener eco. Acaparó las tertulias de los programas matinales y también llegó hasta el Congreso, donde la noticia circuló como un mero chascarrillo. En el libro que verá la luz los primeros días de mayo, aunque se insiste en que no se da el nombre completo de la mujer para proteger a la que sería la cuarta hija de don Juan Carlos, sí se ofrecen las suficientes pistas para descubrir quién es ella. Porque Alejandra es un personaje público, como anteriormente lo fue su madre, musa de un gran diseñador, que era algo mayor que don Juan Carlos y que falleció hace unos años.
Sostienen los autores, que ayer ya se pasearon por los platós de TVE y Telecinco, que la existencia de Alejandra, que también siguió los pasos de su madre en el mundo de la moda, es "el mayor secreto" guardado por la Familia Real, aunque la supuesta hija de don Juan Carlos habría crecido sin saber quién era su padre y que no habría reclamado hasta la fecha ningún tipo de derecho sucesorio. Pero es, se dice en el libro, un secreto a voces: el emérito siempre habría estado al tanto y Alejandra, que creció junto a la figura paterna de la que hoy tiene el apellido, habría sido informada en su adolescencia, aunque optó por seguir con su vida como si esa revelación nunca hubiera llegado a sus oídos.
También la reina Sofía, el hoy rey Felipe VI y sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, estarían al tanto. Se cuenta en el libro que el emérito decidió dar el paso de informar ante el temor de que Felipe y Alejandra llegaran a enamorarse siendo hermanos. Demanda en el Supremo Zarzuela, fiel a su estilo, hizo oídos sordos a la noticia para no darle más pábulo.
Don Juan Carlos, sin embargo, a declaraciones en El Mundo, fue categórico: "No tengo ninguna hija secreta". Alejandra, mujer discreta pese a prestar su imagen para distintas marcas de moda, no es partidaria sin embargo de salir o no a desmentir la supuesta filiación, lo que los autores del libro lo justifican "por una mezcla de miedo a las consecuencias que tendría esa revelación en su vida diaria y también, paradójicamente, de lealtad hacia la familia de la que no ha podido formar parte".
Siempre según el libro, que habla de negocios, amistades y relaciones del rey emérito, don Juan Carlos y Alejandra mantienen una discreta relación en la que no falta el cariño, y que el emérito podría haber ayudado económicamente a su supuesta hija, aunque es conocido que ella nació en una familia acaudalada. Esas ayudas económicas, vienen a denunciar los autores en el libro, saldrían de la contabilidad B del rey emérito, a quien en el pasado se le reclamó, vía judicial, dos paternidades: Ingrid Sartiau y Albert Solá. El Tribunal Supremo llegó a admitir la causa de la ciudadana belga, una vez que don Juan Carlos perdió su inviolabilidad tras dejar la jefatura del Estado, aunque poco después fue archivada por falta de pruebas.