Polémica sobre la protección que se dio a la mujer asesinada por su ex
La joven, que estaba embarazada de gemelos, consintió que el acusado volviera a vivir con ella
Las circunstancias que han rodeado el asesinato de Maialen Mazón el pasado domingo en Vitoria a manos de su expareja, que tenía una orden de alejamiento de ella, están desencadenando dudas sobre si la mujer estuvo bien protegida.
El consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, explicó ayer que la Ertzaintza conocía desde finales de enero la situación de Maialen y de su presunto asesino, Jaime Roca, que solían convivir juntos, y que se lo comunicó al juzgado de Torremolinos (Málaga) que dictó la medida cautelar.
Sobre el presunto asesino, que a última hora de ayer seguía declarando en el Juzgado de Guardia de Vitoria, existían, al menos, dos denuncias en Castellón y otra más en Torremolinos, al margen del alejamiento, por malos tratos.
La mujer comunicó a la Ertzaintza diez días antes de su asesinato que no se sentía en peligro y que el quebrantamiento de la orden de alejamiento era «consentido», según palabras de Erkoreka, algo que ya había dicho a la Policía vasca en enero pese a que las fuerzas de seguridad del Estado la tenían calificada como mujer en alto riesgo.
La Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular, considera que a la vista de todas estas circunstancias «algo ha fallado» a la hora de determinar el riesgo que sufría y ha dejado claro que incumplir una orden de alejamiento «es un delito» al margen de que ella lo consienta. Añaden que no es tan importante que el autor de ese delito de quebrantamiento fuera o no detenido, sino que lo más grave es «la última evaluación de riesgo».
«Ella vino a Euskadi con una evaluación especial —que implica una situación de gravedad— y aquí no se adoptaron medidas», se lamentó José Miguel Fernández, el abogado de esta asociación que protege a mujeres víctimas de violencia machista y que se ha personado en el procedimiento judicial abierto por este asesinato.
Y calificó de «desafortunadas» las declaraciones de Erkoreka, en las que reconoció que la Ertzaintza tuvo dos contactos con la víctima, uno en enero y otro diez días antes de su muerte, en los que ella declaró que quería mantener la afectividad —con su pareja— y que estaba «trabajando por la retirada de la orden de alejamiento».
Fuentes policiales abundan en este planteamiento y han explicado que quebrantar una orden de alejamiento dictada por un juzgado es delito, por mucho que la víctima a la que se busca proteger consienta o facilite el acercamiento del agresor.
En los primeros años de aplicación de la Ley integral contra la violencia de género, aprobada en 2004, hubo criterios dispares en los tribunales, pero la sala segunda del Tribunal Supremo aprobó un acuerdo de pleno no jurisdiccional en 2008 en el que dejó claro que «el consentimiento de la mujer no excluye la punibilidad a efectos del artículo 468 del Código Penal».
Y según ese artículo, quienes quebranten «su condena, medida de seguridad, prisión, medida cautelar, conducción o custodia serán castigados con la pena de prisión de seis meses a un año si estuvieran privados de libertad, y con la pena de multa de doce a veinticuatro meses en los demás casos».
Pese a estas dudas, la familia de la mujer asesinada ha pedido públicamente que «no se busquen más culpables que quien decidió cometer este atroz acto porque no sería justo ni ético». Además, ha reclamado «respeto en estos momentos tan duros para la familia» .
También ha rogado a los medios de comunicación que ejerzan su derecho a la información «evitando el sensacionalismo y morbo innecesario, principalmente por los menores de la familia y en especial por su hija —la niña de tres años que fue hallada en el hotel junto a su madre asesinada— la otra gran víctima de esta situación».
La Policía Nacional ha detenido en Marbella (Málaga) a un hombre de 43 años por su presunta implicación en la muerte de una mujer precipitada, en extrañas circunstancias, desde un cuarto piso en el barrio de Las Albarizas
La víctima, de 46 años, acudió la noche del pasado sábado al domicilio del arrestado, donde estuvieron consumiendo droga, según la investigación, que determina que no existía relación sentimental entre ambos, ha informado la Policía.
La mujer cayó durante la madrugada por una de las ventanas del inmueble y su acompañante abandonó el hogar sin avisar a los servicios de emergencias.
A la espera de los resultados de la autopsia, agentes adscritos a la Brigada de Policía Judicial de la comisaría de Marbella mantienen abiertas todas las líneas de investigación.