Inés Arrimadas se va de la política sin poder salvar a Cs
Inés Arrimadas dice adiós definitivamente a la política más de diez años después. El cataclismo electoral de Cs en el 28-M ha acelerado la renuncia a la vida pública de la que fuese la joven promesa de la política española y artífice de la primera victoria en Cataluña de un partido no nacionalista. La dirigente andaluza se despide con sólo 41 años y pone fin así a los rumores que la situaban en las listas del PP de cara al 23-J.
«No hay mayor honor que haber representado a los españoles en un momento crucial de la historia de España», aseguró ayer la hasta ahora portavoz parlamentaria desde una sala de prensa del Congreso casi llena pese a estar disueltas las Cortes. Su anuncio se producía la jornada posterior a la decisión del partido de no concurrir a las generales tras perder el domingo la representación en casi todos los territorios. Una tesis que durante el cónclave del Comité Nacional se encargó de defender la propia Arrimadas y que le valieron ayer duras criticas por parte de sectores enfrentados con la actual dirección. Edmundo Bal, portavoz adjunto, la acusó, precisamente, de «querer buscarse la vida en el PP».
El ascenso y caída de la exlíder ha ido en paralelo al de su partido. Del éxito de haber podido cogobernar España al batacazo del 28-M, donde Cs sólo obtuvo 300.000 votos, un 1,35% del total. Una situación que deja herido de muerte a su partido, pero no a España, según dijo la propia Arrimadas en su despedida.