ERC recupera la ‘estelada’ tras perder 300.000 votos
ERC le ha visto las orejas al lobo. En la dirección republicana hay nervios y preocupación. A pesar de disponer por primera vez en 40 años de la presidencia de la Generalitat, la formación independentista perdió 300.000 votos en las elecciones municipales. En Barcelona, pasó de 10 concejales a cinco; de primera a tercera fuerza, la misma posición en el cómputo global de votos en Cataluña. Sus votantes se quedaron en casa. Hubo un poco de todo. Decepción por el resultado del ‘procés’, castigo por la lucha cainita en el secesionismo y que los de Junqueras no han sabido capitalizar en las urnas una estrategia de mano tendida con el Gobierno central, a cambio de indultos y reforma del Código Penal. De alguna manera, han calado entre el votante secesionista las acusaciones de los más radicales de entreguistas y ‘botiflers’. El presidente de la Generalitat ha reaccionado de inmediato y ha llamado a la puerta de Junts para rehacer la unidad independentista. Solo hace poco más de medio año que los de Puigdemont salieron del Govern, descontentos con la vía pragmática de los republicanos, que por cierto es la que puede dar la alcaldía a Xavier Trias en el Ayuntamiento Barcelona.
Ante la debacle electoral, ERC ha recuperado la bandera independentista, la ‘estelada’. Un movimiento táctico, que puede ser estratégico, en función del resultado de las elecciones generales del 23-J. Un nuevo sopapo en las urnas puede abrir la caja de los truenos en una formación que lleva años con una inusual paz interna. Durante años, ERC ha sido un partido muy dado a los terremotos internos. Esta semana tiene dos cónclaves importantes: mañana, asamblea de la militancia, y el sábado, consejo nacional. Junqueras escuchará más críticas que nunca.
Inquietud en las bases
Oriol Junqueras y Marta Rovira llevan una década dirigiendo el partido con apoyos de las bases que rondan el 90%. La militancia empieza a inquietarse. Ha habido dimisiones a nivel local después de los malos resultados del 28-M y ya empiezan a salir voces discrepando con la estrategia posibilista. ERC ha escondido la ‘estelada’ en las municipales y su electorado le ha infligido un duro correctivo.
El dilema que ahora tiene la dirección es si volver a abrazar la ‘estelada’ con Junts y recuperar la política de bloques con todas las consecuencias o seguir apostando por el entendimiento con las izquierdas españolas. Junqueras, que no cree que tenga que dimitir como presidente del partido después del fiasco en las municipales, no descarta, llegado el caso, volver a investir a Sánchez, aunque los republicanos venderán muy caro su apoyo y pondrán sobre la mesa un acuerdo de claridad para celebrar un referéndum.
Si ganan el PP y Vox y forman gobierno, Aragonès podría verse a obligado a convocar elecciones o a hacer un hueco a Junts en el consejo ejecutivo. «La hora es grave», afirmó la semana pasada Aragonès, la misma frase que pronunció Lluís Companys el día que declaró la independencia.