Defensa se niega a informar de los ‘avistamientos ovni’
Se ampara en una poco conocida norma de 1992 de secretos de Estado
Los avistamientos de objetos voladores no identificados (Ovni) son secreto de Estado y sólo aquellos incidentes que el Ministerio de Defensa considera que pueden ser conocidos por el público por no provocar un menoscabo a la seguridad nacional podrán ser desclasificados. Esta, en esencia, es la respuesta del Ejército del Aire y del Espacio al portal de Transparencia en la que ha confirmado su negativa a dar información de los más recientes avistamientos amparándose en una casi desconocida normativa de hace 30 años, pero que todavía está plenamente vigente.
Los ovnis se han colado en el Portal de Transparencia del Gobierno a raíz de los avistamientos y derribo en febrero de globos espías chinos en Estados Unidos, Reino Unido y otros países de la Otan. Tras esos episodios un ciudadano remitió al portal de Transparencia de Defensa en febrero una petición para conocer, entre otras cuestiones, si en España entre 2000 y 2022 se habían localizado sistemas espías chinos similares o «globos espías» de cualquier otra procedencia. También reclamaba conocer el número de avistamientos de «objetos aéreos no identificados» en el espacio aéreo español en ese mismo período y «copia de todos y cada uno de los protocolos elaborados ante situaciones de este tipo».
La respuesta del Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio, que lleva la firma del general Alejandro Chueca Ibáñez, ha sido negar cualquier tipo de información sobre los más recientes incidentes ovni en España, apoyándose para ello en una prácticamente desconocida Instrucción General 40-5. Esa directriz, revela Defensa, especifica las «normas a seguir tras la notificación de avistamientos de fenómenos extraños en el espacio aéreo nacional».
Esa instrucción, que data de marzo de 1992, según explica el Ejecutivo es la «que establece los cauces de recepción de información, sea cual fuere su procedencia, relativa a avistamientos de fenómenos extraños dentro del espacio aéreo nacional, el nombramiento de oficial informador, el procedimiento de elaboración de los informes, y la clasificación, tramitación y custodia de los mismos».Y esa instrucción —detalla el Gobierno— es la que fija que todos los «expedientes» sobre ovnis en España están bajo «custodia» de la Sección de Inteligencia del Mando Aéreo de Combate (Macom). Es más, que esa información tiene «consideración y tratamiento» de «confidenciales», o sea la tercera mayor protección tras la clasificación como «secreto» o «reservado».
Ochenta informes
Defensa alega que sólo los expedientes «desclasificados» expresamente pueden «ser conocidos públicamente», por lo que niega el acceso libre a los informes más recientes sobre avistamientos de globos chinos u otros ovnis, al tiempo que recuerda que la única información disponible son los archivos ya publicados.
Y es que, desde 1991, Defensa ha levantado el secreto sobre 80 informes «fenómenos extraños dentro del espacio aéreo español». Todos esos episodios tuvieron lugar entre 1962 y 1985, por lo que no hay información pública sobre ningún avistamiento en los últimos 28 años.
La mayoría de esos expedientes, que desde 2016 están digitalizados en la en la biblioteca Central del Ejército del Aire, fueron desclasificados cuando, tras las investigaciones, se encontró una explicación a los avistamientos, como la confusión con estrellas, globos meteorológicos, maniobras militares u otras aeronaves, o capítulos de «psicosis generalizada» como los registrados al sudeste de la ciudad de Madrid en 1968 cuando una multitud creyó ver en un resplandeciente de Venus un platillo volador.
Los informes desclasificados, que tienen un volumen de 1.900 páginas, van desde el primer incidente registrado, un avistamiento de una «luz potente» en San Javier (Murcia) en 1962, a la última alerta dada en 1995 por un aviador de Defensa que vio un objeto ovalado volando sobre el cielo de Morón de la Frontera (Sevilla) y cuyo expediente se cerró al considerar que aquel ovni era un helicóptero que seguía la Vuelta Ciclista a Andalucía.