El juez archiva el caso Pegasus por el espionaje a los teléfonos de Sánchez y sus ministro: Israel no colabora
El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama acordó ayer el archivo provisional de la causa abierta por la infección con el programa informático Pegasus de los teléfonos móviles del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y de los ministros de Defensa, Interior y Agricultura, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y Luis Planas, respectivamente. El magistrado acordó el sobreseimiento ante la «absoluta» falta de cooperación jurídica de las autoridades de Israel, país del que procede la empresa creadora del programa, que no ha contestado la comisión rogatoria enviada por la Audiencia Nacional y ha frustrado la continuación de la investigación.
En el auto, el titular del Juzgado Central de Instrucción número cuatro repasa todas las diligencias practicadas a lo largo de la causa, que se ha seguido por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, que, dice en la resolución, ha «puesto en jaque la propia seguridad del Estado».
De acuerdo con los indicios recabados a lo largo de la investigación, la infección del móvil del presidente del Gobierno se produjo en cinco ocasiones, entre octubre de 2020 y diciembre de 2021. El primero de los procesos que se han detectado como dañinos se produjo entre el 19 y el 21 de mayo de 2021 y la cantidad de información «exfiltrada» entre ambas fechas fue de, al menos, 2,57 gigabyte (GB). La segunda se detectó el 31 de mayo y la información «exfiltrada» fue de 130 megabyte (MB).
En cuanto al móvil de la ministra de Defensa, según el auto, presenta indicios de haber sido infectado por Pegasus en cuatro ocasiones, entre mayo y octubre de 2021, mientras que el del ministro del Interior lo fue en dos ocasiones, el 2 y el 7 de junio del mismo año. Por su parte, el móvil del ministro de Agricultura, explica el texto, fue objeto de una infección el 25 de junio de 2021, si bien la cantidad de información «exfiltrada» (inferior a 1 kb) sugiere un intento de infección no exitoso por la existencia de una de las aplicaciones «vacuna».
El instructor avisa de que los hechos investigados pueden enmarcarse en los delitos de descubrimiento y revelación de secretos que salvaguardan el espacio de intimidad personal y familiar que queda sustraído a intromisiones extrañas, unos delitos que para el magistrado «han puesto en jaque la propia seguridad del Estado».